El mandatario aseguró que Siria ha sido un “enemigo activo” de Israel a lo largo de las décadas, permitiendo ataques hacia su territorio o el tráfico de armas de Irán a la milicia chií libanesa Hizbulá.
Desde el derrocamiento de Al Asad, Siria se ha embarcado en un Gobierno de transición con Mohamed al Bashir como primer ministro en funciones hasta el próximo marzo, así como el líder de la coalición insurgente, el islamista Ahmed al Charaa (conocido con el nombre de guerra de Abu Mohamed al Jolani), como el “hombre fuerte” del país.
En este contexto, y aunque Israel celebra la caída de Bachar al Asad como un símbolo de debilidad de Irán que reivindica como un triunfo propio, crece la preocupación en el Estado hebreo sobre qué tipo de régimen saldrá adelante en Siria y cómo afectará a los equilibrios de poder en la región.
La operación israelí en la zona desmilitarizada Siria, territorio que invadió hace una semana por primera vez en 50 años, está dirigida a destruir armas que pudieran ser utilizas contra Israel, así como rutas de contrabando de armas desde Irán para Hizbulá, grupo con el que comenzó el alto el fuego en Líbano el pasado 27 de noviembre.
En este sentido, el líder israelí lanzó una advertencia a la región, reiterando que Israel actuará “en cualquier arena y en cualquier momento” para evitar el rearme del grupo proiraní.
Netanyahu aseguró que aún quedan “retos” ante Israel: “Irán, con sus malditos agentes, y otras amenazas potenciales, porque la realidad es dinámica y está cambiando rápidamente”.
El primer ministro israelí discutió todo ello en una llamada anoche con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en una conversación que calificó como “muy importante” sobre la situación en la región, y en la que hablaron de “la necesidad de completar la victoria de Israel”.
Desde el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre de 2023, que desembocó después en la guerra en Líbano con Hizbulá y condicionó la caída de Al Asad en Líbano (al debilitar a esta milicia libanesa, una de sus principales aliadas), Netanyahu busca lograr una “victoria total” sobre Hamás, que se ha traslada al resto de frentes abiertos que mantiene en Oriente Medio.