Nueve meses de invasión: Ucrania, entre la reconquista, la dependencia exterior y el frío

0
502
Kiev sigue llevando la iniciativa de esta guerra, pero no es sencillo atacar todo el rato. Los ataques a infraestructuras esenciales amenazan con otra crisis humanitaria.

Huffpost.- Del frío vino la guerra y al frío vuelve. La invasión rusa de Ucrania cumple este jueves su noveno mes, un tiempo en el que le ha dado la vuelta a un mundo que se desperezaba de la pandemia. Más de 10.000 civiles heridos y otros 6.500 muertos -al menos 400 niños- van ya en esta impensable guerra clásica en el corazón de Europa, según datos verificados por Naciones Unidas, aunque Estados Unidos eleva la cifra a 40.000 inocentes asesinados. En cuanto a soldados, 100.000 por cada bando, propaganda arriba, propaganda abajo.

La contienda se alarga, pero no se estanca. Ucrania avanza en su reconquista, aunque se enfrenta al tiempo, a la dependencia de armamento y material exterior y al invierno que se echa encima. Rusia trata de hacer suyas las regiones que formalmente se anexionó, tras un refrendo ilegal, que no controla ni remotamente, mientras Vladimir Putin hace equilibrios con las críticas internas. Y, mientras, en Occidente presionan para acercar una solución al conflicto, complicado como se hace seguir gastando en el aliado ucraniano, cuando los ciudadanos están con el agua al cuello por la inflación y la energía.

Cómo estás las cosas

El último mes de contienda ha sido muy movido. Ucrania ha recuperado Jersón, la primera gran ciudad tomada por los rusos, al inicio justo de su “operación militar especial”, punta de lanza de su contraofensiva. Tras los éxitos de primero del verano y el relanzamiento de septiembre, ahora se ha apuntado este tanto que es importante en lo estratégico y esencial en lo anímico. Kiril Tymoshenko, jefe de gabinete del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha afirmado esta semana que han liberado 77.700 kilómetros cuadrados de país, lo que supone un 52% de lo invadido por Rusia en estos meses. Un buen dato, que nadie esperaba con las diferencias entre los dos ejércitos, logrado por la resiliencia local -militar y civil-, el apoyo exterior y los fallos propios de Moscú, pero que no puede ocultar que Rusia sigue ocupando otros 119.900 kilómetros cuadrados, esto es, un poco menos del 20% del país.

El coronel retirado Manuel Gutiérrez explica que “Rusia aún tiene una importante superioridad aérea y de lanzamiento de misiles de largo alcance”, aunque la brecha con Ucrania se ha “nivelado” gracias a la llegada de armamento de países OTAN. La llegada del invierno es un “desafío”, que “endurecerá la batalla” y, sobre todo, “afectará muy negativamente a las condiciones dignas de vida de la población” ucraniana, pero no cree que el famoso general invierno vaya a ser un elemento que incline la derrota o victoria de nadie. “Están en terreno conocido, para ellos es un elemento natural y, en todo caso, sería un problema para todos”, constata.

Entiende que, sobre todo, el invierno influirá en las rutas, las apuestas de combate, porque habrá zonas que habrá que relegar. Cita el caso del río Dnieper, que no se podrá abordar “en meses” porque se congelará. La zona, donde los puentes han sido volados por Ucrania con armamento de EEUU, quedará para otro momento en breve, indica.

“En este momento, la iniciativa táctica y estratégica es de Ucrania, eso es un punto a su favor porque no es lo mismo atacar que defenderse, desde el terreno y desde el personal, que está en un momento dulce de ánimo”, constata. “Pero tampoco es sencillo avanzar todo el rato. Rusia ha hablado de repliegue, no de retirada, y es entendible que se hagan fuertes en otros puntos, que recobren fuerzas. No es una huída, no es tan fácil. Siguen resistiendo en otros lugares, por lo que Ucrania se sigue desgastando y eso es un riesgo”, ahonda.

Mapa de situación de la guerra a 22 de noviembre de 2022.

El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Washington, sostiene que en estos momentos, liberado Jersón, en el sur la pelea se centra en artillería lanzada a las dos riberas del río. Pero sobre todo, hay movimientos de Moscú hacia Lugansk, Donetsk y el este de Zaporiyia. Hablamos de los cuatro territorios que, en septiembre, Rusia pasó a entender como suyos, puro suelo patrio por obra de consultas hechas bajo presencia militar y con participaciones y recuentos más que dudosos. Pelean por zonas como Avdiivka, que lleva meses resistiendo, donde quieren dejar embolsados a los ucranianos para que no reciban ayudan ni bienes. En Pavlovka también arrecia la artillería.

El Kremlin parece estar preparando el terreno, dicen estos especialistas, para hablar de un ataque de bandera falsa en el óblast de Belgorod, “probablemente en un esfuerzo por recuperar el apoyo público a la guerra en Ucrania”. Está muy tocado ese apoyo. Gutiérrez cree que para Rusia la pelea en Ucrania ahora se centra en tomar esas cuatro regiones y anexionarlas “realmente, como con Crimea”, una solución con la que Putin podría conformarse y poner fin a la guerra. Las aspiraciones imperiales y antinazis de los primeros días de contienda se diluyen. Quiere ese bocado, que la OTAN no proteja a Kiev y que Crimea siga como hasta ahora.

Porque ese parece ser el nuevo objetivo de los de Zelenski, ir a por la península que Rusia les robó en 2014. Su viceministro de Defensa, Volodimir Havrylov, de visita en Londres, ha hecho unas declaraciones a Sky News en las que señala que esa es su diana ahora. Sostiene que “un evento inesperado dentro de Rusia que involucre al presidente Putin, o su círculo íntimo, podría permitir que Ucrania entre Crimea para fin de año”. Para la primavera, el territorio estaría dominado y la guerra, acabada. Es su “sensación”, dice.

Compartir en:

Leave a reply