Obras del aeropuerto Felipe Ángeles, con un avance del 83%

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Una réplica de la Piedra del Sol o Calendario Azteca será una de las primeras cosas que vean los usuarios al ingresar al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

A su alrededor, decenas de hombres y mujeres con chalecos y cascos protectores trabajan sin parar en una de las obras insignia de este gobierno.

La misión: que la tan cuestionada obra sea inaugurada e inicie operaciones el 21 de marzo de 2022. A 100 días de ese momento, su avance es de 83%.

“La idea es que el 21 de marzo inicien las operaciones del aeropuerto. Para eso, ya estamos trabajando directamente con el operador y la idea es que a partir del 1 de enero entre de lleno con todo su equipo para que empiece todas las pruebas, verifique los procesos”, explicó el mayor ingeniero constructor, Oswaldo Osorio Peñaflor, jefe del área de estrategia para la implementación del modelado de información de la construcción.

El proyecto, que inició el 17 de octubre de 2019 y está a cargo de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), atenderá a 19.5 millones de usuarios por año y tiene una capacidad de crecimiento hasta 2052, dividida en periodos de 10 años. Se contempla que el nuevo aeropuerto atenderá, en su máximo apogeo, a 100 millones de pasajeros al año.

Estar en el edificio de la nueva terminal es sumergirse en 380 mil metros cuadrados de la cultura mexicana, desde banderas con los escudos de cada estado, hasta 34 sanitarios temáticos en los que destacan las catrinas, el mariachi, Xochimilco, el Castillo de Chapultepec, la Guelaguetza y las diferentes culturas nacionales, como la azteca y olmeca.

La obra que ha generado más de 130 mil empleos y mantiene activos más de 30 mil, tiene casi listo el cerebro del lugar.

La torre de control de tráfico aéreo tiene un avance de 97% y se localiza al centro del aeropuerto. Foto: Jazmín Chávez

La torre de control de tráfico aéreo tiene un avance de 97% y su localización, al centro del aeropuerto, da visibilidad hacia la parte aeronáutica del complejo.

“En la torre se encuentran armando la última parte de equipamiento, que consta de los radares en el polígono que ayudan a las aproximaciones y despegues en el control de aeronaves”, explicó el capitán primero ingeniero constructor, Diego Díaz.

Destacó que el complejo contará con tecnología de punta: radares de meteorología, otros para ubicar cada aeronave o vehículo por si no estuviera registrado, seguridad pueda acercarse a atenderlo; además de radioayudas.

Con una altura de 88 metros y un peso de cimentación de 15 mil toneladas, contra las mil 800 del fuste de la torre, se compone de tres edificios. Uno, para la parte recreativa, donde hay comedor, sala de descanso, biblioteca y área de juegos para que personal de controladores se relaje, además, el edificio administrativo.

El edificio académico contará con un simulador 360° “para asemejar como si estuviéramos en la cabina de control proyectando a 360° y que se haga la representación de las aproximaciones y despegues de aeronaves tanto militares como civiles”, expuso el ayudante de obra del Frente 5 del agrupamiento de ingenieros del AIFA.

Actualmente se usa la torre de control de la Base Aérea Militar para el funcionamiento del lugar. En enero de 2022 se pasará al nuevo cerebro de Santa Lucía.

Desde ahí se observa el futuro edificio de la terminal de pasajeros, las posiciones remotas para aeronaves, el estacionamiento en la parte superior de la plaza comercial La Mexicana, que se plantea sea un centro de convenciones, además de la estructura de lo que será un hotel.

El AIFA está casi listo y junto con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y el de Toluca, serán la red aeroportuaria integral de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, que prevé resolver las necesidades aéreas del país por 50 años.

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