AXIS Negocios.- El panorama de la economía global continúa ensombreciéndose a partir de la continuidad de la guerra en Ucrania, la persistente inflación y la agresiva normalización monetaria que ya está en curso, por lo que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) volvió a recortar sus estimados de crecimiento del próximo año para la mayoría de sus miembros.
Para el caso de México, la mayor economía latinoamericana que pertenece al organismo, el menor avance productivo para 2023 de la Organización se une a la de varios expertos y organismos que parecen ser menos optimistas que las autoridades del país a la hora de elaborar su presupuesto.
“La economía mundial se ha visto afectada por la invasión de Rusia a Ucrania”, escribió la organización con 60 años de existencia en su análisis correspondiente a septiembre. “El crecimiento económico mundial se estancó en el segundo trimestre de 2022, y los indicadores de muchas economías ahora apuntan a un periodo prolongado de crecimiento moderado”.
OCDE llevó su estimado de crecimiento mundial para 2023 de 2.8 a 2.2%, alza que significaría una desaceleración respecto del 3% previsto para 2022 –pronóstico que no vio cambios–, de acuerdo con su publicación más reciente de perspectivas económicas.
La expectativa implica que el ingreso real del mundo para el próximo año será 2.8 billones de dólares inferior a lo esperado en 2021 (antes del inicio de la guerra), equivalente a poco más de dos puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) global.
La organización resaltó, al igual que en su informe de junio, que los mayores precios de la energía y los alimentos como elementos relevantes en la espiral inflacionaria, provocados principalmente por la guerra en Ucrania y problemas de cadenas de suministro.
Una política monetaria más estricta y acciones encaminadas a aliviar los cuellos de botella en el lado de la oferta son vitales para moderar las presiones de precios, sin embargo, “es probable que los elevados precios de la energía y los mayores costos laborales reduzcan el ritmo de la caída”, señaló la OCDE.
Tasas de interés más altas son necesarias para anclar las expectativas de inflación de manera duradera, así como apoyo fiscal para los hogares y empresas más vulnerables, con especial cuidado en que las ayudas no se conviertan en estímulos persistentes y sean sostenibles para las finanzas públicas.
“Los esfuerzos para garantizar la seguridad energética y la asequibilidad a corto plazo a través del apoyo fiscal, la diversificación del suministro y un menor consumo de energía deben ir acompañados de medidas políticas más fuertes para mejorar la inversión en tecnologías limpias y eficiencia energética”, escribió la organización en el documento.
Particularmente en México, la economía latinoamericana más grande que pertenece a la OCDE, el crecimiento esperado para 2023 bajó 0.6 puntos porcentuales para quedar en 1.5%.
El estimado parece bajo frente al estimado de 3% de los Criterios Generales de Política Económica presentados por el gobierno mexicano al Congreso, pero coincide con los del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, bancos privados como BBVA México e incluso la autoridad monetaria, Banco de México, cuyos estimados están en todos los casos debajo de 2%.
El pronóstico calculado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público fue tildado de optimista desde su salida, pues significaría un avance más acelerado que el promedio de los nueve años previos a 2020, cuando la pandemia trastocó toda la actividad económica.
México, al igual que otras economías emergentes como Argentina o Sudáfrica, está relativamente más expuesto al ciclo económico global y a la demanda de las economías avanzadas y además, ya avanzó en su ciclo de normalización monetaria, resaltó la OCDE.
Para este año, la OCDE mantuvo su estimación de crecimiento económico global en 3%, mientras que la de México subió de 1.9 a 2.2%. La revisión de México viene luego que en junio la previsión fuera recortada de 3.3 a 1.9%.
Parte de la desaceleración esperada para el país está fundamentada en el estancamiento productivo de Estados Unidos, país para el que la Organización mantuvo un estimado de 0% para 2023, mientras que para China, la segunda economía global, el pronóstico bajó de 4.9 a 4.7%.
Pese al endurecimiento monetario, que ya llevó a los mercados de valores globales a ser dominados por las ventas, la OCDE también empeoró sus previsiones en cuanto al comportamiento de la inflación.
Para el G20 el estimado subió 0.6 puntos porcentuales a 8.2% en 2022 y 0.3 puntos hasta 6.6% en 2023, mientras que para Estados Unidos la expectativa alzó 0.3 puntos a 6.2% este año y cayó 0.1 puntos a 3.4% el próximo.
En el caso de México, el pronóstico de la Organización ganó 1.0 punto porcentual este año hacia 7.9% y medio punto en 2023 hasta 4.9%.
“Una gran incertidumbre rodea las proyecciones”, resaltó la OCDE. “Se necesita cooperación internacional para mantener abiertos los mercados agrícolas, abordar las necesidades de emergencia y fortalecer la oferta”.