Odio y desigualdad dañan a las mexicanas…en el trabajo, la casa y diferentes ambientes

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SinembargoMx.-

En la economía, el hogar, el trabajo, las redes sociales o la calle. En todas estas áreas, las mujeres enfrentan un rastro de violencia que se traduce en un trabajo mal pagado, desempleo, labores de cuidado no reconocidas ni remuneradas, acoso, difusión de fotografías íntimas y sí, el feminicidio.

Las cifras oficiales muestran cómo han ido al alza los diferentes indicadores de violencia de género. Por ejemplo, en el último año, de todos los delitos de los que se tiene registro en la línea de emergencia del 911, el 1.8 por ciento fueron por casos de violencia contra la mujer; el 1.63 por ciento, por violencia de pareja y el 4.38 por ciento por violencia familiar, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

De enero a septiembre de 2021, además, se han registro de 736 feminicidios, 35 más que en el mismo periodo del 2020, de acuerdo con el más reciente Informe sobre violencia contra las mujeres. Es decir, alrededor de tres mujeres fueron asesinadas al día durante esos nueve meses, según las estimaciones oficiales. No obstante, cifras de organismos sociales han dado cuenta de que cada día le es arrebatada la vida a 10 mujeres.

De todos los estados, el Estado de México es el más letal para la vida de las mujeres con un total de 110 feminicidios, seguido de Veracruz (55), Jalisco (54), Ciudad de México (45) y Nuevo León (42).

En cuanto a homicidio doloso, el Secretariado tiene registro de 2 mil 104 víctimas mujeres de enero a septiembre de 2021 y 47 mil 041 lesiones dolosas, en el mismo periodo.

Otro indicador con el que se cuenta es el de los delitos de violencia familiar, con un total de 192 mil 746 casos; en mayo se alcanzó un pico histórico con 23 mil 908 denuncias.

Pero estas no son las únicas agresiones que obstaculizan el día a día de las mujeres, ya que se suman la violencia psicológica y física en los hogares o las pocas oportunidades para acceder a la justicia, a causa de la falta de profesionalización que han exhibido las autoridades al atender estos casos.

Todas estas problemáticas cargan, además, con otro factor: la pandemia de COVID-19 que agravó el panorama de las mujeres.

BRECHA SALARIAL, UNA REALIDAD

Durante su vida laboral, una mujer en México no logrará igualar el salario de un hombre. No sólo no importará su nivel educativo, sino que se deberá enfrentar a varios obstáculos, por ejemplo, si las mujeres tienen hijos o conforme aumenta su edad, las probabilidades de ganar lo mismo, o más, disminuyen.

De acuerdo con una investigación realizada por SinEmbargo en septiembre de este año, hay otro factor que determina la brecha salarial de género y es el lugar en el que viven las mujeres, ya que según datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Campeche, Zacatecas y Coahuila, ellas ganan 100 pesos menos que los hombres al día.

A nivel nacional, la brecha es de 54 pesos, es decir, una diferencia del 12 por ciento: el salario promedio de los hombres se ubica en 449.57 pesos y el de las mujeres en 395.48 pesos.

Y no, no importa la formación académica, ya que en México, una mujer tendrá un ingreso trimestral de 56 mil 772 pesos en promedio, si tiene un posgrado, mientras que el ingreso de un hombre, con la misma preparación, será de 81 mil 832 pesos. Los datos obtenidos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que en el sector con más preparación hay una distancia de 30 por ciento en el salario.

Pero independientemente de la educación, el ingreso promedio a nivel nacional de un hombre se ubica en los 22 mil 618 pesos y para una mujer es de 14 mil 860 pesos, que es incluso menor al ingreso más bajo a nivel nacional, que es de Chiapas y se ubica en 19 mil 452 pesos.

“LOS CUIDADOS SON TRABAJO”

Con el avance del movimiento feminista —que tiene entre sus banderas el lema “lo personal es político”— se ha evidenciado la desigualdad que existe en el reparto de los cuidados.

Aunque durante generaciones estas labores se describieron como “actos de amor” a la familia o “trabajo de mujeres”, la realidad es que se trata de una jornada de trabajo completa que se asigna por cuestiones de género e impide a las mujeres desarrollarse laboralmente. Incluso les quita tiempo para el descanso, un problema que se agravó durante la contingencia sanitaria y se tradujo en distintos tipos de violencia.

“Al quedarse en el hogar,fundamentalmente realizando trabajos de cuidados o actividades domésticas, las mujeres dejan de avanzar en sus niveles de escolaridad, también tiene un impacto en su desarrollo profesional, pues con su tiempo limitado aspiran a cargas jerárquicas menores, además tienen menor tiempo para descansar y para actividades recreativas, esto tiene un impacto en su salud, en su estabilidad emocional y en el estrés que sienten”, explica Makieze Medina, coordinadora del programa de Género y Trabajo del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.

La ONU Mujeres define a los cuidados como el conjunto de actividades cotidianas que permiten regenerar día a día el bienestar físico y emocional de las personas e involucran tareas como dar de comer, cocinar, bañar, vestir o planificar las compras. Estas actividades también son esenciales para la economía. El Inegi calcula que hasta 2019 el valor económico del trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados representó 22.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

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