Latinus.-
Tras el embate del huracán “Otis” en la costa de Guerrero, se agudizaron las carencias que ya sufrían los residentes de San Marcos y Florencio Villarreal, dos municipios cercanos a Acapulco con altos niveles de marginación.
El diagnóstico es de la organización civil Un kilo de ayuda, que inmediatamente después del golpe de la tormenta se trasladó a la costa para ver dónde era más necesaria su intervención y se enfocó en esos municipios a los que la ayuda oficial no había llegado casi un mes después de que comenzó la emergencia.
Tras hacer un censo, Un kilo de ayuda identificó a 2 mil familias que sufrían carencias, ya fueran provocadas por “Otis” o que se agudizaron tras el desastre y requerían asistencia urgente; posteriormente la cantidad de familias a las que se entregan apoyos subió a 3 mil.
A esas familias se les darán despensas cada dos semanas hasta completar 51 mil hacia los meses de marzo y abril, informó Thanya Labrada Alba, subdirectora de programas de la organización.
Una vez que ha pasado la fase aguda de la emergencia, el equipo de ayuda se enfocará en una estrategia llamada Rescate emocional, cuyo objetivo es minimizar los trastornos que la tragedia ha provocado en los residentes de las zonas dañadas.
La organización encontró afectaciones entre la población de las 28 localidades más afectadas por “Otis” en que están trabajando: los menores están retraídos, algunos son muy agresivos o muy pasivos, mientras entre niños y grandes se percibe dispersión y algunos trastornos metabólicos como alteraciones del sueño.