Más de 130 especies de aves silvestres provenientes de Alaska, Canadá, Estados Unidos y el norte de México hibernan en los lagos del Parque Tangamanga I, convirtiéndose en uno de los refugios naturales más importantes del centro del país.
Cada año, a partir de octubre, patos, garzas, pelícanos, pájaros de distintos tamaños y colores sobrevuelan los árboles de este parque de más de 400 hectáreas, rehabilitado recientemente por el gobierno de Ricardo Gallardo Cardona tras permanecer en abandono por la herencia maldita.
Las aves acuáticas como el pato zambullidor, gallareta, cuchara común, garzas y pelícanos pasan los días de invierno en el estanque que contiene el agua de lluvia que desciende de las faldas de la sierra de San Miguelito. Se mantienen alejadas del bullicio citadino y de las personas que diariamente corren en el parque, alimentándose de raíces, caracoles y semillas de la hierba silvestre que hay alrededor.
Además, pueden verse otras especies de aves de distintos tamaños que se distinguen por su colorido, como el reyezuelo rubí, la perlita grisilla y el pájaro moscón baloncito, entre muchas otras, que se alimentan de insectos y hormigas del parque.
Todas ellas, junto a las aves locales como los gorriones, halcones y hasta águilas, ofrecen un espectáculo visual único en esta temporada del año.
Investigadores e investigadoras del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt) afirman que las aves migratorias regresarán a sus lugares de origen al concluir el invierno, y repiten este fenómeno de supervivencia cada año.
La presencia de estas aves en el parque Tangamanga Uno, habla de lo saludable de su ecosistema y del cuidado al medio ambiente por parte del Gobierno del Estado de San Luis Potosí.
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