Piden en El Vaticano por el fin de la Pandemia

El Papa rezó por el fin de la pandemia de coronavirus y por la paz en el mundo junto al patriarca de Constantinopla Bartolomé I en un encuentro internacional de oración por la paz en la iglesia de Santa María en Ara Coeli de Roma.
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El Papa rezó por el fin de la pandemia de coronavirus y por la paz en el mundo junto al patriarca de Constantinopla Bartolomé I en un encuentro internacional de oración por la paz en la iglesia de Santa María en Ara Coeli de Roma.

El pontífice apareció con mascarilla cumpliendo con la obligación de su uso tanto en lugares cerrados como al aire libre en todo el territorio italiano.

El evento fue organizado por la Comunidad de Sant’Egidio, la organización católica fundada por Andrea Riccardi en Roma en 1968, a la luz del Concilio Vaticano II, y en el que también participaron el rabino jefe de Francia, Haïm Korsia, el secretario general de la Comisión Superior de la Fraternidad Humana, el musulmán Mohamed Abdelsalam Abdellatif o el represente budista, Shoten Minegishi.

Se reunieron en la plaza del Capitolio, sede del Ayuntamiento de Roma, donde también participaron  líderes políticos como el presidente de Italia, Sergio Mattarella, o la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi.

Llamaron a un mundo más fraternal, unido para poner fin a sus principales heridas, como las guerras “enquistadas” o la pandemia del coronavirus.

Italia registró ayer un aumento en la cifra de contagios, tras la ligera caída registrada el lunes, y sumó otros 10 mil 870 casos más, el tercer dato más alto desde el inicio de la pandemia, informó el Ministerio de Salud.

Además, hubo 89 decesos, lo que eleva el balance de la pandemia a 434 mil 449 contagios y 36 mil 705 víctimas mortales.

El coronavirus, transparenta lo que ocurre en el mundo

Para algunos participantes la realidad creada a raíz de la pandemia ha permitido abrirnos los ojos y así poder ver con claridad el mundo que hemos construido y en el que nadie escapa a sus efectos. El Gran Imán Ahmad al-Tayyeb, Sheykh de Al-Azhar puntualizó que nadie ha escapado a los efectos del Covid-19, sin embargo, “Lo que agrava la dolorosa realidad es la visión de estos millones de refugiados, desplazados, personas sin hogar y víctimas de las zonas de conflicto. Esta epidemia ha empeorado sus terribles condiciones a falta de la atención sanitaria necesaria. Del mismo modo, pueblos enteros no han podido hacer frente a la epidemia”.

Seguidamente subrayó “hay otra antigua epidemia que se está renovando” y se refirió a “la epidemia de la discriminación y el racismo, una enfermedad que afecta y erosiona la conciencia humana” y señaló que esta realidad ha adquirido expresiones nuevas.

El Patriarca Ecuménico Bartolomé reconoció que “el momento de la acción ha llegado (…) Por lo tanto, la acción para el hogar común debe tomar un nuevo camino, debe desarrollarse bajo una luz diferente.  Debemos subvertir un orden socio-cultural secular y sentir el fragmento divino dentro de él”.

Es el momento de actuar

Los participantes subrayaron en sus discursos que es hora de pasar a la acción, pero esta debe cumplir con ciertas condiciones:

El Patriarca Bartolomé subrayó que “para construir la fraternidad que conduce a la paz y la justicia, al respeto y a la comprensión, para sentirse familia como en un hogar, debemos comenzar por cuidar nuestro hogar común, dentro del cual nos encontramos todos, hijos de esta humanidad y de todo lo creado por Dios (…) la casa común es como la casa de los espejos. Un espejo en el que vemos nuestra imagen reflejada, como la de todos nuestros hermanos y hermanas y con nosotros cada elemento de la creación. Creados a imagen y semejanza de Dios, vemos en nosotros la imagen de nuestro hermano y en cada ser humano el fragmento divino. Mirando lo que nos rodea, vemos la obra divina contenida en él”.

El Venerable Minegishi por su parte afirmó: “He estado involucrado en el diálogo interreligioso durante mucho tiempo. Creo que todas las personas religiosas deben colaborar estrechamente para que todos, independientemente de sus diferentes afiliaciones religiosas o posiciones culturales, puedan ser aceptados por lo que son, en su totalidad. También estoy profundamente convencido de que la pena de muerte es una negación de la dignidad humana. Y también soy profundamente consciente de que la violencia y las guerras son producto del comportamiento humano. Pero si el hombre está en el origen de la guerra, también puede estar en el origen de la paz.

““Creo profundamente que el diálogo es la caricia que abre nuestros corazones y nos acerca un paso más al corazón de nuestro prójimo””

El Gran Imán Ahmad al-Tayyeb refiriéndose a que estamos en una época de transición, afirmó:

El advenimiento del Coronavirus anunció al mundo la muerte de la globalización que había dividido al mundo, separado a los seres humanos, eliminado la moral y los valores, marginado a la religión. Hoy ha llegado el momento de adoptar una nueva globalización, basada en la fraternidad humana, que promueva la igualdad de todos los seres humanos en cuanto a derechos y deberes, que arraigue la coexistencia social y se comprometa con el respeto de las especificidades e identidades religiosas y culturales, que detenga la carrera de armamentos y redirija los cientos y miles de miles de millones gastados en armamento hacia la educación, la atención sanitaria y la investigación científica. Entonces, y sólo entonces, podremos hacer frente a los desastres y las epidemias y ser más fuertes ante las diversas crisis.

El Patriarca Bartolomé puntualizó en cuál es el rol de la humanidad en el momento actual y afirmó:

““La humanidad puede retomar su papel de guardián y tesorero de la creación: ya no hay lugar para el fundamentalismo, la injusticia social y económica, el hedonismo, el egoísmo, el afán de dominación y toda la creación volverá a participar en el bien del mundo”.”

Información Excelsior y el Vaticano

https://www.excelsior.com.mx/global/lideres-religiosos-reunidos-en-roma-oran-por-el-fin-de-la-pandemia/1412328

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