Tras la pandemia y la inflación creciente una de las recomendaciones para enfrentar la carestía que se ha agravado en este 2022 es tener en claro a través de una correcta planeación el gasto en las finanzas personales y en este tenor, recortar los gastos superfluos, así lo recomendó el maestro Juan Carlos Méndez Ferrer, secretario académico de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP)
En entrevista, el catedrático universitario destacó que la inflación puede tomarse como un impuesto al propio dinero, y como a muchos no les gusta pagar gravámenes hay que hay que tener muchísimo cuidado para que el dinero rinda y no haya carestía en los hogares.
“Debemos ser nuestro propio planeador en gastos e ingresos, tener bien presente a cuánto asciende nuestro flujo de ingresos, cuánto percibimos por trabajar y quién depende de nosotros. Hay que considerar algunas otras variables, pero la recomendación general es tener presentes gastos, deudas y percepciones”, explicó el experto.
El docente hizo hincapié en tener mucho cuidado con las deudas, sobre todo con aquellas cuya tasa de interés es variable, pues hay una relación directa entre la inflación y las tasas de interés; por lo que no es una buena idea tener deudas de ese tipo.
Además, consideró que hay que hacer sacrificios: por ejemplo, si antes se acudía a un restaurante tres veces al mes ahora hay que ir una sola ocasión. Aunque lo más conveniente es restringir esos gastos extra y superfluos, al menos por el momento. “Lo más sensato es darse un tiempo para analizar, lápiz y papel en mano y hacer una lista de ingresos, egresos, si falta o sobra dinero, si hay deudas o no, y si las hay revisar sin son a tasa variable o fija”, dijo.
Por último, el maestro Juan Carlos Méndez Ferrer señaló que el anuncio de un probable aumento a los salarios mínimos debe tomarse con cautela, pues hay muchas áreas especializadas donde el sueldo no podría tener ese incremento similar al del número de la inflación, que en México actualmente supera el 8% y sobre todo, tener en cuenta que es complicado que el salario recupere el poder adquisitivo, pues los incrementos en precios no van parejos sobre las percepciones.