Primer ministro de Canadá disuelve el Parlamento y convoca elecciones para el 28 de abril

Mark Carney se refirió a este periodo político como “la crisis más significante”, esto en medio de los señalamientos y acciones comerciales cometidas por Donald Trump.
ABC.- Canadá votará el próximo 28 de abril para elegir un nuevo gobierno en unas elecciones que el país considera críticas para su futuro ante las continuas amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de anexionar al país incluso utilizando su “fuerza económica”.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, definió el significado de estas elecciones tras disolver el Parlamento este domingo y anunciar oficialmente la convocatoria a las urnas seis meses antes de lo previsto.
“Estamos encarando la crisis más significante de nuestra vida por las injustificadas acciones comerciales del presidente Trump y sus amenazas a nuestra soberanía”, declaró ante los medios de comunicación.
Carney, un economista que nunca ha sido diputado pero que cuenta con un atractivo currículum como antiguo gobernador del Banco de Canadá (2008-2013) y del Banco de Inglaterra (2013-2020), añadió que decidió presentar su candidatura para liderar el país para enfrentarse a Trump.
“Lo estaba haciendo porque sabía que nuestro país necesita actuar, para arreglar nuestra economía, para luchar a los estadounidenses, para encararnos a los aranceles de Donald Trump”, explicó el líder del Partido Liberal.
El resto de los líderes de los principales partidos canadienses también expresaron este domingo la necesidad de encarar a Trump y se presentaron como los mejores preparados para defender los intereses de Canadá ante el presidente estadounidense.
El líder del Partido Conservador (PC), Pierre Poilievre, aseguró: “Debemos hacernos fuertes, autosuficientes y valernos por nosotros mismos, para poder hacer frente a los estadounidenses”.
“Afrontaremos esta amenaza no provocada con una determinación inquebrantable, porque nunca formaremos parte de los Estados Unidos y jamás renunciaremos a nuestra soberanía ni a nuestra libertad. Protegeré a Canadá. Y siempre pondré a nuestro país en primer lugar”, añadió.
El líder del socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), Jagmeet Singh, expresó el mismo sentir.
El único que ha rebajado las amenazas de Trump fue Yves-François Blanchet, líder del Bloque Quebequés (BQ) que aboga por la soberanía de la provincia de Quebec, quien considera que son palabras vacías de un provocar nato como es Trump.
Pero las palabras de Blanchet hay que ponerlas en contexto: en enero, antes de que Trump irrumpiese con sus amenazas, los sondeos colocaban al BQ como claro ganador en Quebec, con más de 40 de los 78 escaños en juego en la provincia.
Ahora, muchos votantes quebequeses que iban a votar al BQ están más preocupados por las amenazas de Trump que por las ideas soberanistas y están dispuestos a votar a los liberales de Carney.
Una encuesta dada a conocer el miércoles indica que el Partido Liberal conseguiría el 36 por ciento de los votos de Quebec por delante del BQ, con el 25 por ciento, y los conservadores, con el 24 por ciento.
Lo que está pasando en Quebec es el resumen de cómo la agresiva retórica de Trump ha dado un vuelco al panorama electoral canadiense.
En enero, los conservadores de Poilievre estaban 25 puntos por delante del gobernante Partido Liberal en las encuestas y se prometían aplastar a los liberales que parecían destinados a convertirse en el cuarto partido del Parlamento.
En estos momentos, el análisis de las encuestas de la radiotelevisión pública canadiense, CBC, coloca a los liberales con una intención de voto del 37.5 por ciento, lo que podría suponer 174 de los 338 escaños de la Cámara de los Comunes, dos más de la mayoría, y a los conservadores con el 37.1 por ciento de votos y 134 diputados.
Todo por Trump, que se ha convertido en la principal preocupación que mantiene a los canadienses despiertos por la noche. Y ha provocado una ola patriótica generalizada en toda Canadá.
Carney, consciente de cómo el ánimo del país ha cambiado en dos meses, no desaprovechó la oportunidad hoy. Primero vinculó a Poilievre y sus políticas directamente con Trump. Y después puso condiciones al presidente estadounidense.
“Trump tiene que reconocer que Canadá es un país soberano. Tiene que decirlo antes. Tiene que aceptarlo antes de que podamos tener una conversación sobre un acuerdo comercial”, sentenció.