El diputado Héctor Mauricio Ramírez Konishi urgió a la Secretaria de Desarrollo Agropecuario y Recursos Hidráulicos (SEDARH), a que implemente en Villa de Arriaga, un programa emergente de apoyo económico directo en favor de las personas dedicadas a la actividad agrícola
Impulsó un Punto de Acuerdo para exhortar a la SEDARH para que se les entreguen apoyos en especie con semilla certificada de cebada-maltera y frijol –de acuerdo al número de hectáreas de cada productor–, así como el regreso del seguro agrícola catastrófico para los años siguientes años.
En el año 2023, en Villa de Arriaga se sembraron 30 mil hectáreas de temporal: 20 mil de cebada grano y 10 mil de frijol de diversas variedades. La casi nula presencia de lluvias en el municipio inhibió la humedad y, a la fecha, según información proporcionada directamente por las personas agricultoras de esa localidad, la totalidad de los cultivos están perdidos, es decir: este año no habrá cosecha, ni recuperación económica. Las reglas de operación de programas federales de apoyo económico como el de Programa Apoyo a la Producción del Bienestar, hacen que los sean muy pocos los productores beneficiados en los municipios.
Se estima que el impacto económico y social en el municipio de Villa de Arriaga repercutirá directamente en el 100 por ciento de las familias dedicadas a este oficio, dejando de circular aproximadamente 250 millones de pesos en flujo de efectivo al interior del mismo municipio, ya que el daño económico impacta a negocios que forman parte de la cadena productiva: refaccionarias, tiendas de conveniencia, mecánicos, prestadores de servicios de autopartes, ferreterías, forrajeras, tiendas de agro insumos y maquinaria agrícola, venta de comida al menudeo.
Ramírez Konishi señaló que las personas dedicadas a las actividades agrícolas conforman el segundo grupo en jerarquía cuantitativa por ocupación, alcanzando casi las 70 mil personas. En los últimos años y debido a la falta de lluvias, la actividad agrícola ha sufrido un impacto devastador en todo el estado, lo que ha provocado consecuencias terribles en las familias.
En el caso particular del municipio de Villa de Arriaga, para el bienio 2017-2018, la superficie sembrada de cebada de temporal alcanzó las 12 mil 300 hectáreas. Para su acondicionamiento, se tenía en arrendamiento un centro de acopio con capacidad de 1,000 toneladas (propiedad de uno de los intermediarios), pero que resultaba insuficiente para la capacidad de producción del municipio. Tan sólo en el ciclo primavera-verano 2017 se cosecharon 10 mil 713 toneladas, con una derrama económica de 53 millones 565 mil pesos.
Para los años 2019 y 2020, cultivos como el sorgo forrajero verde, girasol y maíz grano, seguidos por cebada grano y maíz forrajero verde, comenzaron a registrar altos niveles de siniestralidad. Asimismo, la superficie sembrada de cebada grano se redujo en un 52 por ciento respecto al bienio anterior, debido a la alta siniestralidad.
El Punto de Acuerdo fue turnado a la Comisión de Desarrollo Rural y Forestal para su análisis.