La iniciativa propone imponer hasta 16 años de cárcel a quien cometa este tipo de delitos
El Universal.- La diputada local de Morena Ana Buendía presentó una iniciativa para sancionar con hasta 16 años de cárcel los ciberdelitos.
Esta propuesta busca modificar el Código Penal local para castigar con hasta ocho años y nueve meses de cárcel a quien usurpe la identidad de otra persona utilizando tecnologías de la información, programas informáticos, software, hardware o cualquier otro medio tecnológico.
A su vez, propone que se impongan 10 años y ocho meses de prisión a quien intervenga comunicaciones privadas, sin mandato de autoridad judicial competente, utilizando la tecnología.
De igual forma, esta iniciativa señala que se impondrán hasta 16 años de cárcel a quien revele, divulgue o utilice indebidamente información o imágenes obtenidas en una intervención de comunicación privada, haciendo uso de tecnologías de la información, programas informáticos, software, hardware y cualquier otro medio tecnológico.
La diputada precisó que, si bien la usurpación de identidad ya se encuentra tipificado, no contempla la agravante del uso de tecnologías avanzadas, lo cual significa una laguna legal que deja en indefensión a las personas.
Recalcó que el problema es mayúsculo, ya que, de acuerdo con datos del Consejo Ciudadano, la usurpación de identidad con inteligencia artificial aumentó un 218%, al tiempo que se incrementaron más del 200% los casos de robo de identidad en 2023, y sus víctimas enfrentaron pérdidas económicas significativas, así como un impacto en su bienestar emocional y psicológico.
“Asimismo, un estudio israelí reveló que apenas nueve caras generadas con inteligencia artificial son suficientes para suplantar entre el 40% y el 60% de las identidades de la población mundial. Esto pone en duda la seguridad de herramientas como el reconocimiento facial, que se emplean para desbloquear dispositivos y acceder a información sensible”, comentó desde tribuna.
Añadió que con el uso de tecnología, las personas se enfrentan al fraude financiero con identidades falsas generadas por inteligencia artificial para abrir cuentas bancarias, solicitar préstamos o realizar compras en línea; la suplantación de identidad, donde los delincuentes acceden a información personal y confidencial; y además, softwares que pueden comprometer sistemas de seguridad que dependen del reconocimiento facial, como el acceso a edificios seguros o la autenticación en plataformas digitales.