¿Qué tiene que ver el agua con la inteligencia artificial? Esta es la explicación

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Aunque son bonitas, las imágenes creadas con Inteligencia Artificial al estilo de Estudio Ghibli obligan a pagar un precio muy caro con un recurso cada vez más escaso: el agua.
ABC.- En los últimos meses, la inteligencia artificial generativa ha captado la atención del mundo entero. Con solo un par de clics, podemos crear imágenes impresionantes con el estilo de El viaje de Chihiro, Mi vecino Totoro o cualquier otra obra de Estudio Ghibli. Pero, detrás de la magia visual y la emoción nostálgica, hay una pregunta incómoda que debemos hacernos: ¿cuánto cuesta realmente generar estas imágenes?

Y no hablo solo del costo económico o energético, sino de un recurso aún más crítico: el agua.

Aunque suene desconectado, la relación entre IA y agua es directa. Los modelos de inteligencia artificial, especialmente los generadores de imágenes como Midjourney, DALL·E o Stable Diffusion, requieren una enorme capacidad de procesamiento computacional. Este proceso se lleva a cabo en grandes centros de datos que funcionan 24/7 y que, para evitar sobrecalentamientos, utilizan agua como sistema de enfriamiento.

En otras palabras: cada vez que pides a una IA que genere una imagen al estilo Ghibli, estás activando servidores que se enfrían con agua, y por lo tanto, estás consumiendo indirectamente un recurso cada vez más escaso.

Datos que preocupan

Un estudio reciente de la Universidad de California estimó que entrenar un modelo de IA como GPT-3 puede consumir más de 700,000 litros de agua, el equivalente al consumo mensual de cientos de hogares. Y aunque la generación de una sola imagen pueda parecer inofensiva, la escala masiva del uso de estas herramientas hace que el impacto ambiental se multiplique rápidamente.

Este consumo no se limita al entrenamiento inicial del modelo, sino también al uso diario que hacemos de él. Y como usuarios, muchas veces lo desconocemos.

Estética, tecnología… ¿y sostenibilidad?

No se trata de culpar a quien quiera experimentar con imágenes creativas o homenajear a Estudio Ghibli desde el mundo digital. La pregunta que deberíamos hacernos es otra: ¿somos conscientes del costo ambiental que hay detrás de estas acciones aparentemente inocuas?

Crear una imagen con inteligencia artificial no es como dibujar con lápiz y papel. Es una operación que activa infraestructura tecnológica que consume energía, emite carbono y, como hemos dicho, requiere agua para mantenerse operativa.

La responsabilidad del mundo digital

Como defensor de la tecnología aplicada al desarrollo y al bien común, creo firmemente en el potencial positivo de la inteligencia artificial. Pero también creo que debemos acompañar ese avance con responsabilidad ambiental y conciencia ética.

Es urgente que las grandes compañías de tecnología trabajen en sistemas de enfriamiento más sostenibles, energías limpias y transparencia sobre su huella hídrica. Pero también, que nosotros como usuarios nos eduquemos sobre lo que implica cada interacción digital que realizamos.

Conclusión

Las imágenes inspiradas en Estudio Ghibli generadas por IA son, sin duda, bellas. Pero también son una oportunidad para abrir una conversación más profunda: ¿qué tipo de mundo estamos creando cuando usamos sin pensar recursos invisibles como el agua?

Desde fernandopadillafarfan.org, seguiré promoviendo la reflexión crítica sobre el impacto ambiental de la tecnología. La creatividad y la innovación no deben estar reñidas con la sostenibilidad. Podemos imaginar, crear y maravillarnos… pero también debemos hacerlo con responsabilidad.

Fernando Padilla Farfán
Promotor de tecnología ética, sostenibilidad y transformación social.
Visita: fernandopadillafarfan.org

 

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