Excelsior.-

Las víctimas de la violencia han gritado por años justicia y la sociedad y autoridades “los hemos dejado de escuchar”. Hoy frente a la existencia de campos de adiestramiento del crimen organizado en los que se asesina y tortura a jóvenes inocentes, México tiene que ser sensible y admitir que las víctimas de las desapariciones también son nuestros desaparecidos.

No son nuestras cifras. Son las que se han reportado tantas veces que escucharlas se vuelve cotidiano. Tantas veces nos hemos indignado a causa de la violencia que dejamos de indignarnos. En medio de este ruido ensordecedor de cifras, dolor y hechos violentos, dejamos de escuchar a quienes sufren. Nuestra escucha ha desaparecido y tenemos que recuperarla” señaló el mensaje de la arquidiócesis primada de México en el editorial del semanario Desde la Fe.

Un día después de la vigilia realizada en el zócalo de la Ciudad de México por las personas desaparecidas en el rancho Izaguirre, Jalisco, la iglesia católica insistió en que la principal escucha debe ser orientada hacia las víctimas de las desapariciones y sus familias y hacia todos aquellos que puedan aportar soluciones para “erradicar” los comportamientos de extrema maldad que “nos están arrebatando nuestra humanidad”.

Sin afán de politizar o polarizar “lo que de por sí ya es escandaloso”, la iglesia sostuvo que son los valores como el amor y la fuerza los que van a reforzar a las familias en el país por más dolorosa que sea una situación.

Ejemplo de ello, son las madres buscadoras, quienes con sus acciones se han convertido ya en una gran familia. 

Las madres buscadoras convertidas ya en familias buscadoras nos han enseñado cómo los valores familiares sí dan resultados, cómo el amor, la fuerza y la valentía son capaces de sostenerlos incluso en los momentos más difíciles, cómo el dolor es más soportable si se acompaña en familia, en hermandad con otros que te dicen “aquí estoy para ti, pues no solo busco a mi desaparecido, buscamos al de todos”, destacó el mensaje publicado este domingo.

Rancho Izaguirre, la etapa más oscura de México 

Por su parte, el Diálogo Nacional por la Paz sentenció que se sabía de la existencia de campos de adiestramiento del crimen organizado en el país, “pero no se conocían testimonios tan desgarradores” como los de los sobrevivientes del rancho Izaguirre que muestran “la etapa más oscura de nuestro país”.

Hoy sabemos hasta dónde llega la maldad, el deseo insaciable de poder y las complicidades que desprecian la vida humana” acusó el colectivo a favor de la paz integrado por religiosas, jesuitas, la Conferencia del Episcopado Méxicano, expertos en seguridad y académicos.

En su posicionamiento sobre lo acontecido la última semana en materia de desapariciones, el Diálogo Nacional por la Paz reclamó a las autoridades actuar ya para no dejar en manos del crimen a los jóvenes que sí quieren la paz y un país mejor.

Seguiremos trabajando y colaborando para lograr el México que soñamos, y exigimos el compromiso de las autoridades municipales, estatales y federales para localizar y desmantelar los centros de entrenamiento y exterminio. Hoy se juega el futuro de nuestra juventud, no los podemos dejar a expensas del crimen organizado”.

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