Mientras el presidente propone vía reforma constitucional prohibir vapeadores, cigarrillos electrónicos o dispositivos de calentamiento de tabaco en México, otros buscan regular estos productos.
Animal Político.- La pelota en torno a la prohibición vía la Constitución de los vapeadores, cigarros electrónicos o dispositivos de calentamiento de tabaco está en la cancha del Poder Legislativo de México. Pero ello también abre la puerta para que estos dispositivos sean regulados.
El pasado 5 de febrero el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer su iniciativa de reforma constitucional para la producción, distribución, comercialización y enajenación de cigarrillos electrónicos, vapeadores y demás sistemas o dispositivos electrónicos análogos. La propuesta no busca poner reglas de operación ni del contenido de estos productos, simplemente se buscaría su prohibición. No obstante, algunos diputados se han manifestado por un debate abierto antes de tomar una decisión.
“Lo que tenemos que hacer es analizar la iniciativa. La vamos a analizar. Vamos a revisar y tener más información al respecto, que haya foros de discusión, que haya participación. En eso consiste la democracia, en escucharnos todos, en ver posturas, qué dice la ciencia realmente al respecto y a partir de ello tomar una postura ya muy clara desde la Cámara de Diputados”, afirmó el legislador de Morena Flavio Castellanos Polanco.
Esta declaración se dio durante su visita a Panamá con motivo de la COP10, foro en el que organismos internacionales y representantes de más de 100 países debatieron y analizaron los avances en materia de control del tabaco.
El legislador de Movimiento Ciudadano Sergio Barrera se manifestó en contra de la prohibición, pero desde su punto de vista, la iniciativa presidencial puede ser la oportunidad para legislar al respecto.
“Todos entendemos que necesitamos poner reglas claras en cuanto a la producción, distribución y comercialización de este tipo de dispositivos, ya que hay un mercado muy grande que cada vez está buscando más opciones para poder conseguir este tipo de productos, pero de una manera segura. Y hoy en día lo más preocupante de todo es que están al alcance de los menores de edad”, manifestó.
De hecho, el legislador recordó que actualmente en la Cámara de Diputados hay más de 20 iniciativas para regular los vapeadores, cigarros electrónicos y dispositivos de calentamiento de tabaco, consideradas como alternativas de riesgo reducido, pero su discusión no ha avanzado debido a que desde el Poder Ejecutivo ha imperado el enfoque prohibicionista.
En este sentido, el legislador de Morena reiteró que están abiertos al diálogo y a la negociación de la iniciativa presidencial.
“Estamos totalmente abiertos al diálogo. Vamos a estar haciendo asambleas informativas para analizar qué dice la iniciativa del Presidente, qué es lo que dicen algunos otros grupos. Me parece que en esas asambleas podemos invitar también a diferentes especialistas que puedan dar sus puntos de vista”, afirmó el morenista.
Esto debido a que diversos sectores como activistas del vapeo, médicos e incluso la industria señalaron que han estado fuera del debate de iniciativas de este tipo.
El diputado federal panista Éctor Jaime Ramírez Barba también se pronunció en contra de la prohibición de estos dispositivos, ya que esto no soluciona el problema y genera el incremento del mercado negro.
“A pesar de que la prohibición está en vigor desde hace 10 años, el mercado que desde entonces existe en el país atestigua que cada vez es mayor y ha crecido de las peores formas posibles: sin ningún control, sin regulación, simplemente el esfuerzo del Estado ha quedado superado. En México la prohibición nunca ha evitado que la demanda de este tipo de productos exista, y más bien en los últimos dos años el mercado negro ha incrementado y la oferta es cada vez mayor en el país, desafortunadamente en muchos de los casos a través de ejecuciones que difícilmente ocurrirían si el mercado estuviera regulado de forma responsable y estricta”, afirmó.
Camino andado en la regulación
Regular los llamados vapeadores, cigarros electrónicos y productos de calentamiento de tabaco no implicaría iniciar de cero, puesto que hay varios países que han optado por esta vía.
De acuerdo con la Exposición de Motivos de la propuesta de reforma para la regulación de vapeadores, elaborada por el legislador Éctor Jaime Ramírez Barba, más de 60 países en el mundo, firmantes del Convenio Marco para el Control del Tabaco, han regularizado este tipo de productos; hay incluso unos, como Nueva Zelanda, que pasaron de la prohibición absoluta a poner normas.
Estados Unidos y la Unión Europea han regulado los productos de reducción de riesgo con las mismas leyes u organismos que regulan al cigarro, pero estableciendo criterios de proporcionalidad que reconocen riesgos distintos.
Por ejemplo, existen categorías de “productos novedosos” anticipando desarrollos futuros y asegurándose de incluir restricciones publicitarias firmes para proteger a los menores, a la vez que han diseñado advertencias específicas para dar información real a los consumidores y que estos ejerzan su capacidad de elección con mejor información.
Christopher Snowdon, jefe de Economía del Estilo de Vida en el Instituto de Asuntos Económicos en Londres, indicó que al regular vapeadores, cigarros electrónicos y dispositivos de calentamiento de tabaco se tiene que establecer que la publicidad de estos productos debe ser honesta, veraz y responsable y no atraer a los menores de edad.
“Puedes mirar alrededor del mundo y ver cómo la Unión Europea, por ejemplo, lo está haciendo. Hay muchos mercados donde estos están bien regulados, así que puedes ‘cortar y pegar’ mucho de lo que se está haciendo en otros países. Pero deberías establecer cuál es el riesgo en lugar de simplemente decir ‘bueno, el riesgo probablemente no es cero, por lo tanto, vamos a prohibirlo’. Esa no es una manera adecuada de regular algo que es un sustituto directo de los cigarrillos”, explicó.
Países que han caminado por esta vía han logrado reducciones en la tasa de prevalencia de fumadores. En Reino Unido la prevalencia de consumo de cigarros fue de 14.7% en 2018, 5 puntos porcentuales menos con respecto a 2011. En Japón, las ventas de cigarros convencionales bajaron 13% en 2017; 12% en 2018 y 9% en 2019. Y en Estados Unidos, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades reportaron que los niveles de tabaquismo entre los adultos se encuentran en sus niveles más bajos, en buena medida por la introducción de los cigarrillos electrónicos en el mercado estadounidense, pues en 2020 sólo más del 15% de los adultos se consideraban fumadores contra el 37.1 de 1995.
En contraste, en México hay alrededor de 19 millones de fumadores y no se observaron cambios significativos en el total de la población fumadora entre 2011 y 2026 (17.3 millones según la Encuesta Nacional de Salud 2011 y 17.6 millones de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016). Actualmente, el 19.5% de la población adulta en México fuma actualmente, de acuerdo con la ENSANUT.
Un asunto de salud
La regulación de productos de riesgo reducido como alternativas al cigarro tradicional que se ha implementado en otros países considera varios aspectos entre los que destaca prevenir el inicio del uso de estos dispositivos entre los no fumadores y los menores, así como evitar o restringir la publicidad, promoción y patrocinio, y restringir los sabores que atraen a los niños.
También se busca minimizar, en la medida de lo posible, los riesgos para la salud de los usuarios de estos productos al regular sus características y contenido. De igual formar busca proteger a los no usuarios de la exposición a sus emisiones y prevenir las declaraciones de propiedades saludables no comprobadas.
De acuerdo con el legislador del PAN, el reto de la regulación se inscribe entonces en un escenario complejo, que llama a los legisladores a encontrar los mejores mecanismos para proteger la salud de las personas.
No obstante, también para algunos otros, como las asociaciones de vapeadores, las políticas prohibicionistas de estos productos atentan contra sus libertades. Tomás O’Gorman, abogado y activista pro reducción de daños y miembro fundador de PROVAPEO-MX, indica que la iniciativa presidencial atenta contra los derechos humanos.
“Lo que busca el presidente es el llevar a rango constitucional una prohibición que viola derechos humanos, sin consideración alguna a aproximadamente 17 millones de personas que fuman en México, negándoles el derecho a la reducción de daños, el derecho a elegir y el derecho a poder decidir por ellos mismos lo que es mejor para su salud”.
En tanto Rafael Lara, presidente de Razón, Derecho y Autonomía AC (Rauder), manifestó su deseo de que la iniciativa presidencial no prospere.
“Es una reforma constitucional donde desafortunadamente vuelve a atacar los derechos humanos de los consumidores. En este caso está proponiendo más restricciones, ahora a nivel constitucional. Esperemos que no prospere. Nosotros seguiremos siempre impulsando la protección de los derechos humanos en todos sus sentidos: libertad, autodeterminación, libre desarrollo a la personalidad, por supuesto también salud y, sobre todo, información”, aseguró.
