Rosario Piedra: tres años de una CNDH alejada de las víctimas y cercana al poder

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Durante estos primeros tres años, las recomendaciones por presuntos abusos han incrementado; sin embargo, la presidencia de Rosario Piedra es vista como “tibia” y “alineada” al Ejecutivo.

Expansión.- Elegida mediante una votación polémica y criticada por su cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador, Rosario Piedra Ibarra cumple tres años al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), trienio marcado por la falta de independencia al Poder Ejecutivo, por un “olvido de las víctimas” y por una “tibieza” ante las constantes violaciones a las garantías individuales.

La hija de la activista Rosario Ibarra de Piedra fue electa el 7 de noviembre de 2019 para ocupar la institución, pero fue hasta el 12 de ese mes cuando asumió la titularidad como la segunda mujer en encabezar la CNDH.

En los 36 meses que ha estado al frente de la CNDH, son contados los eventos que ha encabezado Rosario Piedra, prácticamente no ofrece conferencias de prensa y tampoco fija posicionamientos ante presuntas violaciones de derechos humanos por abusos del poder.

En contraste, las polémicas han marcado su gestión, particularmente por el aval que dio a la militarización de la Guardia Nacional y a la propuesta de reforma electoral presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Miguel Alcaraz, abogado del área de Defensa Integral de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, A.C., considera que bajo la presidencia de Piedra Ibarra, la CNDH ha demostrado “tibieza” frente al poder.

“Ha dejado mucho que desear esta gestión de la CNDH; se ha pronunciado alineada a la política del gobierno actual en temas de gran relevancia como la militarización… Se esperaba una gestión al frente de la CNDH mucho más cercana a las víctimas, si bien no de contrapeso al poder, sí de abrir la discusión, no estar alineada al presidente de la República”, afirma.

Las polémicas

La llegada de Rosario Piedra a la CNDH se dio en un contexto de cambios relevantes para el país. En estos últimos tres años, México ha enfrentado una crisis de violencia que ha dejado alrededor de 100,000 víctimas de homicidio doloso, miles de migrantes transitando por territorio mexicano en busca de llegar a Estados Unidos, una emergencia sanitaria a causa de la pandemia de covid, falta de medicamentos, más de 100,000 desaparecidos, uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública.

Pese a que se esperaba que al ser hija de una activista social y hermana de una víctima de desaparición, Rosario Ibarra tendría más empatía con las víctimas, la ausencia ha marcado su gestión.

“Hubo una serie de violaciones contra hermanos migrantes en el sur del país y, en lugar de salir la presidenta, a defender los derechos humanos de estas personas, al contrario, ha estado omisa, no señaló nada. También durante la pandemia, no se pronunció por la falta de apoyo, por el desabasto de medicamentos, no se ha pronunciado por la violencia en el gremio periodístico, los pronunciamientos de la presidenta se han enfocado a temas electorales cuando esto no es su trabajo, ella debería de estar enfocada a las víctimas de violaciones de derechos humanos”, afirma Gina Andrea Cruz Blackledge, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de Senado de la República.

Migrantes detenidos tras enfrentarse con la Guardia Nacional

Un aspecto que ha marcado la gestión de Rosario Piedra es el apoyo que ha dado a proyectos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. En septiembre de este año, la CNDH emitió un comunicado para precisar que esa institución no emitiría ningún recurso de inconstitucionalidad contra la reforma con la que se transfirió la Guardia Nacional al mando de las Fuerzas Armadas.

Ese anuncio ocasionó que el Consejo Consultivo de la CNDH externara su desacuerdo al considerar que esa medida tendría efectos negativos para los derechos humanos.

“Nos comprometemos a apoyar las iniciativas ciudadanas encaminadas a revertir la reforma y sus consecuencias, así como acompañar a las potenciales víctimas y personas agraviadas que resulten de esta desafortunada decisión”, manifestaron a través de un comunicado Tania Espinosa, Bernardo Romero, Gloria Ramírez, Adalberto Méndez, Jorge Alejandro Saavedra y Georgina Diédhiou, miembros del Consejo.

La propuesta de reforma electoral ocasionó otra polémica para la CNDH. La institución emitió un comunicado en el que se pronunció por reformar al INE, al cual acusó de propiciar el “sabotaje de la voluntad del pueblo”, realizar “guerra sucia” y de mantener vicios que “por siglos han manchado nuestros procesos electorales”.

Desde el INE y de los partidos de oposición hubo críticas a la postura de la CNDH, voces que le pidieron enfocarse a la defensa de los derechos humanos y no actuar como una militante de Morena.

“Hay una línea institucional para defender los temas que le interesan al poder actual, al presidente, que su línea, si bien no es apoyar al poder, sí mostrarse muy ambigua y muy tibia frente a los de los derechos humanos, y eso no es lo que se espera de una Comisión Nacional de Derechos Humanos”, argumenta Miguel Alcaraz.

La cercanía con AMLO

Rosario Piedra no solo era identificada como alguien cercana al presidente Andrés Manuel López Obrador, también a su partido.

El artículo noveno de la Ley de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos establece que quien aspire a ocupar el cargo no debe desempeñar “ni haber desempeñado cargo de dirección nacional o estatal, en algún partido político en el año anterior a su designación”. Sin embargo, Rosario Ibarra era consejera de Morena.

Cruz Blackledge sostiene que desde su llegada la polémica estuvo ligada a Rosario Piedra por su vínculo partidista

“Empezó con el pie izquierdo, fue un proceso accidentado, cuestionado. Rosario no era elegible para ser presidenta en virtud de que está prohibido de que un militante de algún partido político ocupe el cargo y ella era consejera de Morena”, recuerda la legisladora de Acción Nacional, partido que votó en contra del nombramiento de Rosario Piedra.

Aunque la designación de la presidenta correspondía al Senado de la República, el presidente Andrés Manuel López Obrador sugirió a los legisladores votar por una persona “honesta”.

“Es una decisión que va a tomar el Congreso, el Senado. Pero mi opinión es que no sean sólo profesionales de los derechos humanos, en el sentido de que estudiaron una maestría, un doctorado en derechos humanos, pero son académicos. Yo prefiero más la gente que ha padecido en carne propia de violaciones de derechos humanos, entregarles a ellos la encomienda”, dijo días antes del nombramiento.

Aumentan recomendaciones

Pese a que estos tres años al frente de la CNDH ha prevalecido una percepción de una institución ausente, ha habido un incremento en las recomendaciones emitidas.

“Se han emitido más recomendaciones. Hay personas valiosas dentro de la institución, a quienes les interesa acercar a las víctimas a la justicia, por eso siguen saliendo las recomendaciones, pero esas deben ir acompañadas de congruencia porque, emiten recomendaciones, por ejemplo, a la Guardia Nacional al Ejército, pero por otro lado desde la presidencia de la Comisión hay una postura alineada al poder”, agrega Alcaraz.

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