Erdogan anuncia en TV que el ministro de Defensa ruso ha transmitido la decisión a su homólogo turco.
La Vanguardia.- El corredor marítimo para la exportación de grano ucraniano vuelve a estar plenamente operativo desde este miércoles al mediodía, según ha anunciado en directo en televisión el presidente de Turquía. Según Tayyip Erdogan, el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, ha transmitido la decisión del Kremlin a su homólogo turco, Hulusi Akar, hoy por teléfono.
Fuentes de Defensa, en Moscú, han confirmado instantes después que habían obtenido por parte de Kyiv las garantías de seguridad necesarias para reactivar el acuerdo, del que Vladímir Putin había decidido descolgarse el sábado pasado. Según el presidente ruso, porque los drones aéreos y flotantes que el día anterior habían atacado el puerto crimeo de Sebastopol habrían aprovechado la ruta comercial para fines militares. En sus palabras, para fines “terroristas”. Una sola nave sufrió desperfectos de consideración, que también afectaron al muelle.
La reanudación del acuerdo ha supuesto un descenso inmediato de los precios del trigo, el maíz y la soja en los mercados internacionales. Y un alivio para muchas economías del tercer mundo y, sobre todo, del primero, como ha denunciado Vladímir Putin, que también se ha referido en ocasiones a la penetración estadounidense en el sector cerealista ucraniano.
Turquía, España y China son los primeros importadores de este grano y varios países europeos ocupan lugares destacados, aunque algunos en desarrollo, como Egipto, también se están beneficiando de esta ruta. Un tercio de las exportaciones mundiales de trigo proceden de Ucrania o Rusia y la ONU -copatrocinadora del corredor y del procedimiento de inspección de buques, en Estambul- ha alertado sobre el riesgo de hambrunas derivadas del estrangulamiento del suministro por la guerra.
Putin se reserva la prórroga del acuerdo, que expira en poco más de quince días
Este mismo martes, un portavoz del departamento de Estado estadounidense acusaba a Moscú de burlarse de que el mundo pueda pasar hambre. Toda una puya para el Kremlin, que ha justificado su sangrienta invasión de Ucrania como poco menos que el preludio de un nuevo orden multipolar.
En estos cinco días de “suspensión” del acuerdo por parte de Rusia, las colas de buques de carga frente al litoral europeo de Estambul, atracados para su inspección, han desaparecido casi por completo. Aunque el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmaba anoche en televisión que algunos barcos seguían partiendo de Odesa, bajo supervisión de Turquía y de la ONU. Sin garantías rusas, el precio de los seguros estaba destinado a dispararse, agravando la inflación en la cesta de la compra.
La partida, sin embargo, no ha terminado. El actual acuerdo, suscrito a finales de julio, expira el 19 de este mes. Por lo que Putin se guarda bajo la manga el as de la prórroga, para la próxima reunión del G-20 en Bali.
Pese a las declaraciones de Zelenski, hoy no han salido buques de aguas ucranianas bajo el acuerdo. Sin embargo, el ministro de Infraestructuras ucraniano, Oleksandr Kubrakov, ha adelantado la salida de ocho buques con productos agrícolas.