La casa Christie’s espera vender el cuadro entre ocho y 12 millones de dólares, al tratarse de una obra poco común dentro del trabajo de la pintora mexicana
El País.- ‘Retrato de mi hermana, Cristina’, pintado por Frida Kahlo en 1928, será subastado por la casa Christie’s el próximo 9 de noviembre. La puja se publicará en el sitio web de la subastadora, y se espera que alcance un precio de entre ocho y 12 millones de dólares (unos 144 a 216 millones de pesos). El retrato regresa al mercado del arte después de haber sido comprado en 2021 por su último dueño, el empresario discográfico Jerry Moss, fallecido el año pasado.
Cristina Kahlo aparece retratada con diecinueve o veinte años en un plano de tres cuartos, con un vestido blanco y sobre un cielo azul. El pelo corto estilo bob, típico de los años veinte, y los labios rojos son de los pocos detalles que destacan sobre los tonos pastel que dominan la pintura. La obra está realizada sobre un panel de madera que a su vez está insertado en un bastidor, una elección inusual para Kahlo pero que le permitió continuar la composición más allá del marco, una técnica que repitió en obras posteriores. “Sus retratos son muy valiosos porque son una contribución distintiva a la historia del arte del siglo XX”, señala Marysol Nieves, especialista de Christie’s en Arte Latinoamericano.
La obra marca un momento importante en la trayectoria de Frida. En ella puede apreciarse la transición de su estilo hacia un enfoque más modernista, mientras que se aleja de la técnica más manierista que tuvo en sus primeros cuadros. Como demostró a lo largo de su obra, el arte de la pintora mexicana siempre estuvo fuertemente ligado a su momento vital. En 1928, Kahlo llevaba tres años en cama después de un terrible accidente de tranvía que le destrozó el cuerpo. Por aquel entonces, se dedicó a hacer varios retratos y autorretratos entre ellos el de Alicia Galant (1927), Retrato de Ruth Stallsmith (1927), Retrato de Dorothy Fox Brown (c. 1929) y el de Cristina.
“La forma de pintar que Kahlo utilizó en el retrato de su hermana Cristina guarda una gran similitud con los retratos pintados por Christian Schad entre 1925 y 1926. Cristina aparece posando en un paisaje idílico con asociaciones metafísicas, en el que las hojas de toronja [pomelo] van invadiendo por un lado, alusión, por tanto, al Árbol del Conocimiento, de la verdad y de la vida, de aquel paraíso bíblico perdido, que convierte a Cristina en una Eva para el mundo moderno”, apunta el historiador del arte Luis Martín Lozano que ha asesorado a la casa de subastas en la catalogación de la obra. “El elegante vestido blanco de Cristina, con su profundo escote en V, acentúa sus curvas y su cuerpo juvenil. Enfatiza su feminidad y la transición a la feminidad”, destaca Nieves. “El color del vestido presagia sus inminentes nupcias y la noción de pureza asociada con su juventud e inocencia”, agrega. Al año siguiente, Cristina se casó y se convirtió en madre.
Nieves agrega que este es de los pocos cuadros que la artista pintó en caballete, por lo que la convierte en una obra rara y muy codiciada. Más aún si sale a subasta en el mercado ya que los cuadros de Frida Kahlo son muy cotizados y escasos. “Del pequeño número de obras que Kahlo pintó, la gran mayoría están en colecciones de museos o están en México y no pueden exportarse permanentemente, lo que reduce aún más el inventario de obras disponibles”.
Cristina Kahlo nació en junio de 1908, sólo once meses después de Frida. Fue una presencia, compañera y cuidadora firme a lo largo de la vida de la artista mexicana, aunque en 1934 ambas mujeres se distanciaron por el amorío que tuvo el marido de Frida, Diego Rivera, con Cristina. Por sugerencia de Frida, Cristina había posado para su esposo como el personaje del Conocimiento, un voluptuoso desnudo que aparece en el mural que Rivera pintó en el Ministerio de Salud (1929). También aparece sentada junto a Frida en el mural que el Rivera hizo en el Palacio Nacional (c. 1934). El affaire devastó a Frida mucho más que cualquier otra relación de Rivera y provocó una ruptura entre las dos hermanas. Finalmente se reconciliaron en 1935 y Cristina volvió a ser “su principal compañera, su aliada en la aventura, el consuelo y el dolor”, tal y como menciona el biógrafo de la artista Hayden Herrera.
La obra de Frida Kahlo no ha hecho más que subir en las últimas décadas. Es la artista latinoamericana por la que más se ha pagado en una subasta. En 2021 la pintura Diego y yo (1949) fue adquirida en Sotheby’s por 34,9 millones de dólares. Actualmente forma parte de la colección del empresario argentino Eduardo Constantini y puede visitarse en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires.