San Francisco y Baltimore: ¿Equipos generacionales sin campeonatos?

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Por Diego Aguilar

Dos equipos históricos, con leyendas del ovoide de ayer y hoy, entrenadores de élite y rosters llenos de talento en todas las posiciones. Sin embargo, surge la pregunta: ¿por qué les resulta tan complicado levantar el tan ansiado trofeo Vince Lombardi?

Desde 2019, tanto San Francisco como Baltimore han estado siempre en la conversación como candidatos para llegar al Super Bowl e incluso ganarlo. Los 49ers han alcanzado el partido más importante en un par de ocasiones, pero no han logrado alzarse con la victoria.

En 2018, los Ravens seleccionaron en la primera ronda del draft al mariscal de campo Lamar Jackson, proveniente de Louisville. Aunque no tuvo acción significativa en su año de novato, en su primera temporada como titular (2019) fue nombrado MVP unánime, el primero en la historia en lograrlo. Baltimore cerró esa temporada como el mejor equipo de la AFC con la primera siembra, pero sufrió una terrible decepción al ser eliminado por los Tennessee Titans en la ronda divisional.

Por otro lado, los 49ers también realizaron un excelente trabajo en el draft de 2019, seleccionando a jugadores clave como el edge rusher Nick Bosa y el receptor Deebo Samuel. Ambos fueron piezas fundamentales en una temporada en la que San Francisco terminó con un récord de 13-3, ganando su división y asegurando la primera siembra de la NFC. A diferencia de los Ravens, los 49ers sí lograron avanzar en playoffs, derrotando a los Vikings en la ronda divisional y aplastando a los Packers en la final de conferencia.

Ese camino los llevó al Super Bowl LIV, donde enfrentaron a los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes y Andy Reid. Aunque San Francisco llegó al medio tiempo con una ventaja de 10 puntos, una segunda mitad para el olvido les costó el título, dejando una sensación amarga tras una gran campaña.

Ambas franquicias parecían tener proyectos sólidos de cara al futuro: los Ravens con un atleta generacional como Jackson y los 49ers con un equipo perfectamente armado por su gerente general, John Lynch. Con el paso de las temporadas, los rosters de ambos equipos siguieron mejorando, incorporando jugadores como Trent Williams en San Francisco y Odell Beckham Jr. en Baltimore. A pesar de ello, el objetivo de ganar el Super Bowl seguía sin cumplirse.

En 2020, los Ravens fueron eliminados por los Buffalo Bills en la ronda divisional, tras un partido desastroso de Lamar Jackson y su ofensiva. Posteriormente, el coordinador ofensivo Greg Roman dejó el equipo por su ineficiencia en momentos clave. En 2022, Baltimore volvió a caer en la primera ronda, esta vez contra los Bengals, en un partido en el que Jackson no participó.

Mientras tanto, los 49ers no se perdieron los playoffs entre 2021 y 2023, alcanzando tres finales de conferencia consecutivas. Sin embargo, fueron eliminados por los Rams en 2021 y por los Eagles en 2022. La temporada 2022 también marcó el inicio de la sorprendente historia de Brock Purdy, el “Señor Irrelevante” del draft, quien tomó la titularidad tras la lesión de Jimmy Garoppolo y lideró al equipo hasta el Super Bowl LVII, donde nuevamente cayeron ante Mahomes y los Chiefs. Esta derrota fue la tercera en un Super Bowl para San Francisco en menos de 11 años, generando dudas sobre la capacidad de Kyle Shanahan para cerrar partidos importantes.

En la temporada actual, Lamar Jackson, ya dos veces MVP (y posible ganador de un tercero), tuvo los mejores números de su carrera bajo la dirección del coordinador ofensivo Todd Monken y acompañado por el legendario corredor Derrick Henry. Sin embargo, los errores circunstanciales y la falta de concentración en momentos clave volvieron a ser su talón de Aquiles, siendo eliminados nuevamente en la ronda divisional, esta vez por los Bills. Después de siete años en la liga, la gran incógnita persiste: ¿cuándo logrará Jackson ganar un anillo y consolidarse como uno de los mejores de la historia?

Por su parte, la temporada 2024 de San Francisco fue un fracaso rotundo. No lograron clasificar a playoffs, sus jugadores clave están cerca del final de su pico de rendimiento, y surgen dudas sobre si Purdy merece el contrato millonario que busca. Además, la defensiva no respondió, los equipos especiales dejaron mucho que desear, y parece que Shanahan perdió el control del vestidor.

¿Se acabó su ventana para ganar el Super Bowl? Personalmente, creo que les queda un último año, pero con tantos equipos de la NFC rejuveneciéndose, el camino será mucho más complicado que en años anteriores.

Sería una lástima que estas dos franquicias, con proyectos tan bien establecidos, no lograran conquistar un campeonato en esta era.

 

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