Excelsior.-Athos Salomé, el autoproclamado “Nostradamus Viviente” de 37 años de Brasil, ha lanzado una serie de predicciones alarmantes sobre posibles desastres naturales que podrían sacudir al mundo antes de fin de año. Este vidente, comparado frecuentemente con el famoso profeta del siglo XVI, ha afirmado anteriormente haber predicho eventos notables como la pandemia del coronavirus y varios conflictos internacionales.
Salomé, quien ha ganado seguidores devotos por sus supuestas visiones del futuro, ha generado preocupación al prever eventos catastróficos que podrían afectar diversas regiones del planeta. Aunque ha insistido en que sus predicciones no son inamovibles y no buscan causar pánico, ha instado a la toma de medidas preventivas.
Entre sus últimas predicciones, destaca la advertencia de que inundaciones y terremotos podrían azotar el mundo antes de que concluya el año. Según Salomé, las áreas más propensas a sufrir estos eventos se encuentran en el Cinturón de Fuego del Pacífico. Específicamente, ha señalado que la isla indonesia de Java y las regiones desde el norte de California hasta el sur de Columbia Británica enfrentarán la “fuerza inquebrantable de la naturaleza”.
Además, ha predicho un aumento en la intensidad de ciclones y huracanes en Filipinas y Tailandia, mientras que el Golfo de México y Florida deberían esperar un mayor riesgo de tormentas. También ha alertado sobre el peligro de fuertes lluvias en áreas como Brasil, el Ganges y el delta del río Mekong (en el sureste asiático), que podrían resultar en inundaciones significativas.
A pesar de estas predicciones alarmantes, Salomé ha subrayado que aún hay tiempo para tomar medidas preventivas y evitar lo peor. Insiste en que sus advertencias buscan motivar a la sociedad a unirse y priorizar su bienestar. El vidente insta a la implementación de políticas, la construcción de infraestructuras y un aumento en la conciencia global para prevenir estos desafíos.
En declaraciones al tabloide británico The Sun, Salomé expresó que sus visiones, aunque repentinas, no se comparten para infundir miedo en la población. Más bien, las considera como una forma de advertencia para líderes globales, instándolos a tomar medidas y evitar consecuencias desastrosas.