Regreso a clases: incertidumbre, mascarillas y poca sana distancia

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Patricia Calvillo

Tuvo que transcurrir más de un año y medio para que niños y adolescentes pudieran regresar a las aulas de manera presencial, luego de que México transita dentro de la peor de sus crisis sanitarias, por Covid-19. Las aulas, no lo hicieron saturadas como es la costumbre y transcurrieron con la instalación de filtros sanitarios.

Aunque se pensaría que muchos de ellos regresan emocionados y sonrientes, eso dista mucho de la realidad, pues los cubrebocas y las caretas no dejan ver, sus rostros.

Los menores acudieron a clases este lunes 30 de agosto, no sólo cargando sus pesados útiles escolares, sino con mucha incertidumbre, no es aquella que daba por conocer a sus nuevos compañeritos o maestros, sino por la manera en que ahora tomarán las clases.

En la escuela secundaria Camilo Arriaga, conocida como ESCA, ubicada en esta capital potosina, comenzaron a llegar a las clases desde las 7 de la mañana, lo primero con que se toparon fue con los filtros de sanidad que esta prestigiada escuela impone a sus alumnos.

Además de sus clásicos uniformes color verde, los suéteres y bufandas, se les veía con el cubre boca, a otros hasta con careta de plástico.

Al llegar a la institución educativa se les toma la temperatura, y también se les proporciona gel antibacterial, con la intención de guardar todos los protocolos necesarios.

Los comités escolares integrados por padres de familia, administrativos y maestros, hicieron todo lo que estuvo a su alcance para disminuir los riesgos de contagio entre los adolescentes que este día llegaron a la institución educativa.

El maestro Alberto de la ESCA dice que sus alumnos se sienten raros, casi no hablan entre sí, tiene grupos de 12 a 17 alumnos y la gran mayoría acudió por su propia voluntad. Los alumnos de segundo año ni siquiera conocían la escuela y hoy están muy sorprendidos.

Ya en los salones, se observa que los niños están separados por los pupitres y que guardan la distancia.

De los casi 6 mil centros escolares que hay en el Estado potosino se prevé que más de 800 no abran sus puertas a la comunidad escolar por las difíciles condiciones en que se encuentran, no sólo les hacen falta baños, sino que además no cuentan con los servicios como agua y luz.

Desde temprano se veía en los camiones urbanos la afluencia de los escolares que se evidenciaban no sólo porque iban con tremendas mochilas, sino que además eran acompañados por sus padres o familiares que decidieron pararse desde muy temprano para hacer los tradicionales lonches como tortas de jamón, de los nutritivos frijolitos, huevito con chorizo y hasta sandwiches, que no comerán en receso a las afueras del salón sino en la clase.

A las niñas, como ya es costumbre las relamieron de limón y de spray para el cabello, el fin era, no dejar un solo pelo suelto y estar presentables para el primer día de clases.

A las afueras de las escuelas no se vieron los tradicionales puestos de venta de jugos energizantes, quizás el frío de la mañana, la probabilidad de lluvia o este sin palabra Coronavirus les quitó la posibilidad de que se pusieran a vender.

Lo que fue inevitable fue generar aglutinamientos a las afueras de las escuelas, en la mayoría de ellas se veía que no guardaban sana distancia. Quizás la premura, los hizo olvidarse de esta regla indispensable para el nuevo comienzo de clases presenciales y que inhibe el contagio.

Tampoco se dejó esperar la tradicional conversación de padres de familia y entre estudiantes, todos sorprendidos por esta posibilidad de retomar sus vidas en los salones de clase. Incluso se veía que los padres de familia eran los que no guardaban sigilosamente los protocolos, incluso había quienes hacían el desorden.

En la escuela secundaria Jaime Torres Bodet ubicada en Nicolás Zapata, también se vio a los estudiantes ingresar bajo protocolos de sanidad, aunque no se veía que guardaran distancia.
Tampoco hay un estimado de cuántos alumnos se presentaron a sus salones ya que no todos se inscribieron a tiempo ni en forma.

Algunos maestros recibirán entre 20 y 13 alumnos por salón de clase, otros se mantendrán a la distancia en modalidad híbrida y otros más no se inscribieron. Los planteles escolares lucen igual que como los dejaron, no ha cambiado nada, incluso algunos se ven un tanto abandonados porque no les alcanzó el tiempo para quitar la maleza de los esplendorosos jardines de muchos de los planteles.

Cabe apuntar que tampoco se sabe a ciencia cierta, la dinámica de los centros escolares, toda vez que muchos espacios no reportaron cómo operarán, incluso hubo muchos planteles cómo la escuela primaria Julián Carrillo, que está ubicada en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez dónde decidieron abrir hasta el próximo miércoles 1 de septiembre. Hoy solamente sostuvieron reuniones con padres de familia en esa institución educativa para debatir sobre cómo estarán funcionando a partir de retomar las clases.

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