Sudoración fría: ¿Por qué se produce y qué hacer?

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Driosec.- Cuando sudamos, muchas veces nos damos cuenta porque nos sentimos molestos y húmedos, sobretodo en los casos de hiperhidrosis. Sin embargo, más allá de la cantidad de sudor que liberemos, también podemos sentirnos incómodos por la percepción de la temperatura del sudor, por ejemplo, cuando notamos la sudoración fría.

¿Por qué puede producirse la sudoración fría?

El sudor cumple la función principal de regular la temperatura corporal cuando esta se eleva a niveles que podrían ser peligrosos.

La temperatura corporal puede ascender por diversos motivos, como por un aumento de la temperatura ambiental, la realización de ejercicio físico, algunas sustancias como los picantes o excitantes o las situaciones de tensión.

La sudoración fría, que también se conoce como “piel pegajosa” se produce principalmente por causas emocionales, como sentir miedo, estrés, shock, ansiedad o nerviosismo.

Cuando nos encontramos en estos estados, nuestro sistema nervioso simpático, una de las ramas del sistema nervioso autónomo (que actúa de forma involuntaria o refleja). El sistema nervioso simpático es el encargado de activar las respuestas a estímulos, por lo que cuando nos sentimos amenazados de alguna manera, este sistema activa el reflejo de lucha-huida, para prepararnos para ello.

En este proceso se liberan las hormonas adrenalina (o epinefrina) y el cortisol (la hormona del estrés). La adrenalina produce vasodilatación y mayor frecuencia cardíaca, mientras que el cortisol aumenta los niveles de glucosa para gasto energético.

La vasodilatación permite que más cantidad de sangre y en mayor frecuencia, llegue al corazón y se bombee más sangre (taquicardia), lo que produce un aumento de gasto de oxígeno (disnea) y mayor gasto de energía para que el cuerpo pueda afrontar la posible amenaza. Ante este gasto de energía, la temperatura corporal aumenta y se pone en marcha el mecanismo de regulación de la sudoración.

La sudoración fría y la hiperhidrosis

La hiperhidrosis se define como la sudoración anormal y excesiva que no tiene por qué estar relacionada con el calor o el esfuerzo físico, y en el caso de la hiperhidrosis primaria, tampoco con un trastorno sistémico.

En estos casos, la sudoración puede ser tan profusa que la ropa puede quedar empapada en sudor y que este llegue a gotear por el cuerpo. Estas consecuencias pueden condicionar el día a día de la persona que la padece y afectar a su bienestar emocional.

Como hemos dicho, la hiperhidrosis es un trastorno de la sudoración que no viene condicionado por otras causas, sin embargo, en aquellas personas que lo padecen, si se exponen al calor, al esfuerzo físico o sufren ansiedad o estrés, la sudoración que para otras personas sería más leve, en estos casos es más intensa. Un ejemplo de esto, es la sudoración fría en casos de ansiedad, nerviosismo o miedo.

¿Cómo podemos actuar frente a la sudoración fría?

Teniendo en cuenta que la sudoración fría, suele relacionarse con estados de tensión, nerviosismo, estrés o angustia, deberemos actuar para evitar que estos lleguen a producirse y si se dan, contenerlos a tiempo.

Realizar actividades relajantes como meditar, o hacer una pausa para calmarnos, tomar algo relajante o dar un paseo nos ayudará a desconectar o calmar nuestras ideas. Si las situaciones estresantes son muy frecuentes y/o graves, lo mejor será también acudir a un profesional de la psicología para que nos ofrezca soluciones.

Para evitar o reducir la sudoración, además, será importante seguir las pautas siguientes:

  • Utilizar antitranspirantes.
  • Escoger ropa de tejido natural que permita la transpiración.
  • Beber abundante agua.
  • Evitar los cambios de temperatura y los focos de calor, mejor optar por la ventilación.
  • Evitar el alcohol, los alimentos picantes y las sustancias excitantes como la cafeína.
  • Realizar ejercicio físico moderado y regular.
  • Si tu sudoración es excesiva e incapacitante, lo mejor es acudir a la consulta de un dermatólogo.
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