Estar enfermo, problemas familiares o con el transporte público, citas médicas o emergencias domésticas son las excusas más frecuentes entre los empleados, según expertos consultados.
Expansión.-“¡Tengo covid!”, le dijeron varias veces a Roberto Ventura. En el boom de la pandemia, el socio director de la firma Neos RH Consultores no pedía a los empleados la prueba que constatara que tenían esta enfermedad. Sin embargo, la mayoría de las empresas con las que trabajaba sí lo hacían.
Hoy, el “Tengo covid” se ha sumado a la lista de excusas que algunos empleados suelen utilizar para faltar al trabajo. “Las excusas más comunes para no ir a trabajar pueden variar dependiendo de la cultura organizacional y de las circunstancias de cada persona. Además, hay ausencias justificadas y no justificadas”, explica el director.
En el primer caso, el empleado da una razón válida y aceptada por la empresa para su ausencia y, en algunos casos, pueden estar sujetas a políticas específicas de la compañía o regulaciones laborales, como pedir días de vacaciones o días adicionales por temas personales.
En las segundas, el empleado no proporciona una razón válida o aceptable para su ausencia, o no sigue los procedimientos establecidos por la compañía para reportar una falta, como no informar al jefe inmediato, no tener aprobación previa o no seguir los procedimientos de solicitud de tiempo libre.
“Estas ausencias pueden resultar en consecuencias disciplinarias, como advertencias, suspensiones o incluso la terminación del empleo, según las políticas de la empresa y la gravedad de la situación”, menciona Ventura.
¿Cómo afecta el ausentismo a la empresa?
El ausentismo en el trabajo tiene un impacto directo en las compañías. La tasa de ausentismo, medida por el número de días ausentes divididos por el número de días laborables disponibles en un periodo específico, proporciona una medida clara.
Datos de Factorial, una firma de software de recursos humanos, indican que el ausentismo laboral representa una carga financiera directa para la empresa, con un costo del 7.3% del total de la nómina cuando los trabajadores se ausentan de manera regular. Este costo puede elevarse hasta un 15% si se consideran los gastos adicionales en la búsqueda de reemplazos o el pago de horas extras para cubrir las ausencias.
Además de estos aspectos financieros, el ausentismo también puede afectar la productividad de la empresa, ya que las tareas pueden no completarse a tiempo y los proyectos pueden sufrir retrasos.
El impacto en la moral y el clima laboral también es considerable. Los empleados que se presentan al trabajo pueden sentirse frustrados al tener que asumir una carga de trabajo adicional debido a las ausencias de sus compañeros. Esto puede generar resentimiento y afectar la cohesión del equipo y el ambiente laboral en general.
Aunque las faltas y ausencias de los trabajadores son algo natural en cualquier organización, la forma en que se gestionan puede marcar la diferencia en la productividad, el clima laboral y los resultados del negocio.
“Es importante que los empleadores mantengan políticas claras y consistentes en cuanto a la asistencia y establezcan procedimientos para que los empleados informen adecuadamente sobre su ausencia”, menciona Érika Chafino, directora general de Grupo Human.
Para Arleth Leal, socio directora de Red Ring, no menos importante es la creación de una cultura corporativa flexible y basada en la confianza. “Cuando alguna persona no está al 100 o tiene algún compromiso familiar o algún viaje y necesita uno o dos días para ello, sabe que la empresa no se los va a dar, entonces recurre a las excusas. Aquí lo importante es que si la persona miente es porque no hay flexibilidad en la organización”, señala.
Martha Barroso, directora de People & Culture en ManpowerGroup Latam, coincide en que es importante ser flexible como empleador y comprender que somos humanos y pueden pasar cosas que debemos resolver o que en ocasiones suceden de manera imprevista.
“Casi seis de cada 10 empleadores mexicanos consideran que la confianza y el bienestar son los motores más eficaces del éxito en la gestión del talento diverso. Y ocho de cada 10 empleadores considera como una de las prioridades para 2024 el bienestar de sus colaboradores”, refiere Barroso.
Las excusas más usadas por los empleados
Acorde con los especialistas consultados las excusas más comunes para no ir a trabajar son las siguientes:
Enfermedad. Las más frecuentes son enfermedades respiratorias, como el covid, o infecciones estomacales.
Problemas familiares. Situaciones familiares urgentes, como cuidar a un enfermo, a los hijos o atender a un familiar de la tercera edad.
Problemas de transporte. Contratiempos en el transporte público o problemas con el propio vehículo, especialmente en áreas donde el transporte público es poco fiable o el tráfico es intenso.
Emergencias domésticas. Incidentes como fugas de agua, cortes de energía eléctrica o averías en el hogar que requieren la presencia de un empleado en casa.
Citas médicas. Las citas con el médico o el dentista son comunes y, a menudo, se programan durante el horario laboral, lo que puede requerir que un empleado se tome tiempo libre.
Problemas personales. Eventos personales o realización de trámites engorrosos que pueden ser citados como razón para no asistir a la oficina.