Zeta Tijuana.- La tijuanense Carolina Méndez Guzmán, estudiante de ingeniería aeronáutica en el Instituto Tecnológico de Tijuana, busca cumplir su sueño de participar en el International Air and Space Program (IASP), promovido por la agencia AEXA, proveedores de la agencia aeroespacial de Estados Unidos: NASA. A sus 21 años, Carolina está seleccionada entre los 60 universitarios para participar en el programa estudiantil de la NASA, que se llevará el próximo mes de noviembre en el Estado de Alabama.
Entre las enseñanzas, conferencias y experiencias, Carolina podría pilotear una aeronave de la NASA y someterse a las pruebas que experimentan los astronautas. Su único obstáculo es encontrar patrocinadores para juntar cinco mil dólares para incluir el costo del programa y sus viáticos.
“Esta es una experiencia muy completa en la que vamos a vivir esta capacitación como si nosotros fuéramos a ser astronautas, entonces es una experiencia que a mí me emociona mucho”, comentó Méndez Guzmán.
“Vamos a tener la oportunidad de caminatas lunares, vamos a tener distintas actividades y también, por otro lado tenemos la oportunidad de escuchar de ex astronautas de la NASA y distintos de ingenieros de parte de la NASA”, narró Carolina.
Desde el 2022 Carolina buscó la oportunidad de ser parte de algún programa educativo de la NASA y está por lograrlo al acudir al US Space and Rocket Center en Huntsville, Alabama, ya que otra de sus compañeras del ITT en Tijuana ya vivió la experiencia. Lo que requiere es de patrocinios o donativos, ambos pueden ser al número de cuenta de BBVA: 4152 3140 1479 2512 o al correo caropssa@gmail.com o al Whatsapp 664 386 0923.
“Me veo en la necesidad de pedir el apoyo de la sociedad a sí mismo, como de empresas que gusten colaborar conmigo para patrocinarme la empresa por la medida por la que yo viajo a la NASA ofrece publicidad a cambio del patrocinio”, explicó a ZETA.
Aunque en su familia hay ingenieros y las matemáticas como la física son parte de su vida, Carolina se dio cuenta de su pasión a los 13 años, cuando pudo viajar a Europa para participar en un grupo musical. Volar la hizo cuestionarse y hoy la mantiene motivada.
“Fui seleccionada para irme a Milán y volé en un Boeing 747, entonces eso es un “monstruote” (sic) de avión. Para mí ese momento fue un parteaguas, porque pues me hizo cuestionarme muchas cosas, no como este “avionzote” (sic) con tanto peso vuela. ¿Cómo funcionan los sistemas de propulsión?”, compartió.