Todo un reto: la Ruta 9 del transporte público
Blakely Morales
El lunes 27 de febrero un camión de la ruta 9 del transporte público sufrió un accidente de tránsito, al descender del brazo vehicular que conecta el Periférico Sur con la avenida Carretera 57, en donde fallecieron 3 personas, el chofer del camión y dos pasajeros. Una pregunta quedó en el aire: ¿Por qué un camión del servicio colectivo transitaba por esa vialidad de alta velocidad?
La SCT a través de su titular, Leonel Serrato Sánchez, hizo declaraciones al respecto y dijo que la dependencia no habían autorizado modificaciones en esa ruta. Sin embargo, desde hace tres semanas, la 9 tiene que, obligadamente modificar su trayectoria, tomando un tramo de la Carretera 57, para ingresar por avenida Tláloc y retomar la original, debido al cierre de un tramo del Periférico Sur por la obra del Puente Prados que construye el Gobierno del Estado.
A partir de ese evento y de las declaraciones de la SCT, propusimos un ejercicio periodístico/ciudadano: recorrer la Ruta 9, para observar de primera mano los retos a los que se enfrentan actualmente las personas usuarias del servicio público.
El ejercicio lo acompañó la activista ciudadana Mónica Torres (@monica_libre) quien es estudiante de la Facultad de Derecho, está arrancando un proyecto denominado Derecho 360, es usuaria cotidiana del transporte público, y se ha encargado de observar y documentar las múltiples deficiencias que mantiene este servicio.
Realizamos una transmisión en vivo para dejar registro audiovisual del recorrido completo que nos tomó dos horas y media, de ida y de regreso, desde la avenida Carranza en el Centro la ciudad, hasta la colonia El Aguaje, donde se encuentra la terminal de la Ruta.
De ida abordamos la unidad con número económico 6081, de regreso la 6109, ambas de la empresa concesionaria Centralización 2000 Línea Morales S. A. de C. V., en donde pudimos detectar muchísimas áreas de oportunidad, pero también francas deficiencias.
- No hay inspección.
Desde que esperábamos en el parabús de avenida Venustiano Carranza esquina con Tomasa Estévez, lo primero que nos llamó la atención, fue la carencia de autoridades que vigilen la seguridad de los usuarios, ya que dos vehículos de reparto obstruyeron durante varios minutos el espacio destinado para el transporte público, provocando complicaciones para abordar, tráfico en la zona e incluso que el camión siguiera de largo dejando sin el servicio a los usuarios.
- No hay señalética ni información adecuada.
Al interior de las unidades, y al exterior en la infraestructura del transporte público, los usuarios carecen de información gráfica para conocer las rutas y sus trayectorias, así como sus variantes; por ejemplo, la Ruta 9 en dirección al Aguaje tiene tres variaciones: 9 Hospital IMSS 50, 9 Sendero y 9 Periférico. Las rutas están en internet pero deberían estar a la mano en cualquier espacio, sin costo.
Tampoco hay información acerca de los números, medios o canales a través de los cuales, la población usuaria pueda comunicar abusos, inconformidades, mal servicio o incluso pedir auxilio en caso de accidentes; en ese sentido, tampoco se observan salidas de emergencia, extintores o protocolos de actuación para casos como el incidente ocurrido la semana pasada.
En lugar de eso, lo que se observa en muchas unidades es publicidad de empresas inmobiliarias.
- Accesibilidad e inclusión.
A pesar de que la Ley Estatal del Transporte Público, establece la inclusión, como uno de los ejes para alcanzar un tipo de movilidad e infraestructuras sustentables, garantizando el acceso a las personas con discapacidad, niños, niñas, y personas de la tercera edad o con condiciones físicas diversas; lo cierto es que las unidades del transporte público no son aptas para quienes usan sillas de ruedas, por ejemplo, mucho menos están adecuadas para personas de estatura pequeña.
Aunque en todas las unidades existen asientos reservados para mujeres embarazadas o personas con discapacidad, lo verdaderamente difícil, es abordar y descender del camión, tomando en cuenta además, las condiciones de la ciudad; por ejemplo, el primer camión que abordamos, de la Ruta 9 Hospital IMSS 50, atraviesa un tramo, entre la Central de Abastos y ese nosocomio, el cual se encuentra en condiciones lamentables pues se trata de un camino de terracería en plena ciudad.
- Trabajo indigno
El problema en el servicio público, se suele achacar a los choferes, aunque la realidad es que éstos resultan ser el último eslabón de una cadena de ineficiencias; los conductores de las dos unidades que abordamos para este ejercicio fueron muy amables, y aunque pidieron no ser identificados, el primero nos compartió que en no pocas ocasiones, se enfrentan a los desvelos, el cansancio, el hambre, la sed, lo que aunado al tráfico y el estrés de la ciudad, que derivan en actitudes que las usuarias pueden interpretar como antipatía.
Además, el personal del servicio público trabaja en condiciones indignas; al llegar al final de la ruta 9, en un despoblado detrás de la colonia El Aguaje, la activista Mónica Torres y éste reportero, nos sorprendimos con la oficina de base: un tejabán construido con basura, a la manera de las casas de cartón.
Pero por si todo esto no fuera suficiente, los choferes están pagando por trabajar, pues a pesar de que hace un mes, la SCT anunció la entrega de 60 mil tarjetas Mi Pase para el transporte gratuito de estudiantes, los términos del convenio entre el gobierno del estado, los concesionarios y los choferes, no están del todo establecidos; pues esta promesa de campaña de la actual administración sigue en periodo de prueba, funciona a medias, y los pasajes que no registra el sistema, los dueños de las unidades, terminan cobrandolos, claro… a los choferes.
Ahora bien, este ejercicio, además de que busca ser una crítica objetiva, no pretende la simple descalificación, sino derivar en una propuesta, nuestra primera idea es: que los funcionarios, y en especial, los encargados de la política pública de ordenamiento y desarrollo de la ciudad así como del transporte público, salga de su oficina y se suban al camión.
Con esto lanzamos, este reto, de mi parte a título personal y con sentido periodístico; y de parte de la activista y estudiante Mónica Torres (@monica_libre), al secretario de Comunicaciones y Transportes, Leonel Serrato, para que se suba al Ruta 9.