Sopitas.- La historia de Tonny Snell ha trascendido las fronteras mediáticas del deporte gabacho y ahora está en el centro por la urgente misión —a contrarreloj— que tiene para firmar un contrato con algún equipo de la NBA y, de esta manera, garantizar el futuro de sus hijos con autismo.
De hecho, orita que lean bien bien este caso, la historia de Tonny Snell nos lleva a una buena reflexión sobre la importancia de los servicios de salud pública, su buen funcionamiento, los derechos laborales y el derecho de una persona a pensionarse no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo.
En fin, el derecho a vivir una vida digna y que el trabajo de una persona alcance para garantizar el presente y futuro de su familia.
Tonny Snell tiene una misión a contrarreloj para firmar un contrato con la NBA
La misión de Tonny Snell es conseguir un contrato con algún equipo de la NBA —antes de este fin de semana— para poder acceder al plan de jubilación que garantice el presente y futuro de sus hijos con autismo.
Y no es cosa fácil porque hay un montón de elementos que han girado en contra del propósito de Tonny Snell —cuyos hijos Karter y Kenzo tienen tres y dos años, respectivamente.
Entre ellos está el sistema de traspaso de jugadores de la NBA. Lo que conocemos como el famoso draft, que si bien busca armar a los equipos con todo el potencial humano y técnico —y en el que corre un montón de dinero—, también deja en la desprotección laboral a los basquetbolistas, como le sucedió a Snell.
Sí, porque chequen nada más: Tonny jugaba en la NBA hasta que un traspaso no pedido —porque su nombre se fue en paquete con el de otro jugador que tenía que irse al New Orleans Pelicans— lo llevó a un estatus de inactividad y hasta fuera de la NBA.
Al final, Tonny llegó a la liga menor de baloncesto —donde juegan los novatos que buscan una oportunidad con los equipos grandes de la NBA—, con los Maine Celtics.
Firmó su contrato y… si bien desde enero de 2023 Snell regresó a la actividad, eso no es suficiente para alcanzar los beneficios del programa de jubilación de la National Basketball Association.
Todo para garantizar el futuro de sus hijos
Ok, ya sabemos qué onda con la misión de Tonny Snell, pero la historia no termina acá.
Otro elemento en contra es el hecho de que el basquetbolista es considerado un veterano, pese a tener 32 años y que… juega con los novatos que buscan una chance en la NBA —y que, dicho sea de paso, están más interesados en esa oportunidad que en su retiro.
En el caso de Tonny, la meta es que con el contrato con un equipo de la NBA alcance a jugar 10 campañas para acceder a los beneficios de la jubilación. El más importante es el plan médico premium.
De esta manera, los hijos diagnosticados con espectro autista podrán acceder a un servicio médico digno.
Y, tal vez. no pasen las situaciones por las que Tonny Snell pasó, porque algo bien importante es que el jugador fue diagnosticado con autismo hasta su edad adulta. O sea, casi casi recién, a la par de los diagnósticos de sus hijos.
Si se preguntan qué ha pasado con la lana que Snell ganó jugando todo este tiempo, durante nueve años él ganó cantidades superiores a los 50 millones de dólares, peeeeeero conforme tomó rumbo su carrera, las adversidades y la situación en que hoy se encuentra, su patrimonio no es un seguro para cuidar a sus hijos.
Sobre todo si tomamos en cuenta que el servicio de salud en Estados Unidos es sumamente caro y, a veces, inaccesible para comunidades vulnerables.
Esperamos que Tonny encuentre un buen equipo y que este caso ponga en frente los derechos de los jugadores por aquellos lares —y todo el mundo.