Trabajo no remunerado del hogar y de cuidados agudiza la situación de pobreza de las mujeres

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El Economista.- El trabajo no remunerado del hogar y de cuidados agudiza la situación de 24.8 millones de mujeres que se encuentran en situación de pobreza, indicó el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

En un análisis, recordó que de acuerdo con datos del Coneval, en México 37% de las mujeres viven en situación de pobreza.

“Es decir 24.8 millones de mujeres no cuentan con ingresos suficientes para adquirir los bienes y servicios básicos, además de contar con al menos una de las seis carencias sociales: educación, servicios de salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos y alimentación”, indicó el IMCO.

Si bien el porcentaje de mujeres en situación de pobreza es similar al de los hombres, que es de 36%, para las mujeres la situación es más grave al ser las que cuidan al hogar y a los demás.

Esta situación afecta en la entrada al mercado laboral. En México, 47% de las mujeres en pobreza cuentan con un empleo que es remunerado, lo que es menor en nueve puntos porcentuales que las mujeres que no se encuentran en esta situación.

En tanto, en los hombres no hay mucha diferencia la situación de pobreza: 82% de los que se encuentran en ella cuentan con empleo, contra 81% de los que no se encuentran en ella.

En el caso de las mujeres, esto se traduce en una mayor falta de autonomía económica, es decir, la capacidad para generar ingresos propios y suficientes”, aseveró el IMCO.

La autonomía económica es un mecanismo para lograr un mayor margen de libertad en la toma de decisión, sin embargo, las mujeres en pobreza son quienes más carecen de ella.

Sin embargo, para muchas mujeres es difícil de alcanzar ante los trabajos no remunerados que realizan, por lo que terminan teniendo una dependencia de ingresos de terceros, ya sean pareja, amigos, familiares o programas sociales.

“Del ingreso de las mujeres en condición de pobreza, 30% proviene de medios indirectos, para los hombres esta cifra disminuye a 7 por ciento. Además, 19% de las mujeres en pobreza dependen de programas sociales para satisfacer sus necesidades básicas, en comparación con 12% de los hombres”.

Dependencia

La dependencia económica, señaló el Imco, no es sólo de ingresos, sino también en el acceso a la salud y vivienda. Recordó que el acceso a los servicios públicos de salud se determina, en buena medida, por la condición laboral de las personas.

“Es decir, el acceso depende de trabajar en la formalidad o no. Aquellas mujeres que se encuentran en situación de pobreza son más propensas a trabajar en la informalidad, por lo que seis de cada 10 carecen de acceso a seguridad social, para el resto de la población esta cifra desciende a cuatro de cada 10”, aseveró.

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