Tras “años de silencio forzado”, futbolistas españolas hablan abiertamente del incidente con Luis Rubiales en un nuevo documental de Netflix

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CNN.- El momento más comentado en el fútbol femenino el año pasado y de hecho durante los últimos años, no fue un gol, ni una jugada, ni nada que sucediera durante un partido. Fue un beso no deseado que un entonces presidente de la federación le dio a una de las mayores estrellas del juego.

Para muchos espectadores, el incidente entre Luis Rubiales y Jennifer Hermoso en la final del Mundial Femenino de 2023 ofreció una visión momentánea de la vida de una jugadora de fútbol. Pero para aquellas más familiarizadas con la agitación y la controversia que subyacen al fútbol español, sirvió como un punto de inflamación.

Entre quienes inmediatamente vieron el panorama más amplio estuvo Joanna Pardos, la directora del nuevo documental de Netflix “#SeAcabó: Diario de las campeonas”, lanzado a principios de mes.
A pesar de haber visto al equipo ganar su primer título mundial femenino contra Inglaterra, Pardos era muy consciente de que se trataba de un equipo en crisis, un grupo de jugadoras que llevaba mucho tiempo manifestándose contra el sexismo y la desigualdad percibidos. Las consecuencias del beso de Rubiales no hicieron más que reforzar su opinión de que se trataba de una historia que exigía una audiencia más amplia y que ahora era el momento de contarla.

“Las futbolistas, por primera vez, sintieron el apoyo social para atreverse a hablar y conocíamos a fondo el tema”, dijo Pardos a CNN Sport y agregó cómo las ahora infames acciones de Rubiales después del beso la obligaron a filmar el documental.

“Nos lo puso todo en bandeja de plata”, dijo.

Rubiales era presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) cuando besó a Hermoso durante la ceremonia de entrega de medallas de la final del Mundial femenino. Más tarde describió el beso como consentido, pero Hermoso negó esa afirmación, diciendo que no la respetaron.

En los días siguientes, Rubiales defendió firmemente sus acciones, negándose a renunciar a su cargo y denunciando un “feminismo falso” y una campaña “injusta” en su contra.

Pero a medida que la presión crecía y el organismo rector mundial, la FIFA, le impuso una suspensión provisional, Rubiales renunció a su cargo en septiembre del año pasado, explicando cómo “los poderes fácticos impedirán mi regreso”.

Desde entonces, la FIFA ha prohibido a Rubiales participar en “todas las actividades relacionadas con el fútbol”, una decisión que fue confirmada tras una apelación, mientras que los fiscales españoles piden una pena de dos años y medio de prisión para el hombre de 47 años, alegando que besó a Hermoso “sin consentimiento ni aceptación”. Rubiales ha negado los cargos.

Sin embargo, las fisuras ya habían aparecido en el equipo mucho antes del infortunado incidente con Rubiales. En septiembre de 2022, 15 jugadoras, conocidas como Las 15, anunciaron que no participarían en partidos internacionales mientras el entonces entrenador Jorge Vilda, aliado de Rubiales desde hacía mucho tiempo, siguiera al mando. Vilda calificó la situación de “vergüenza mundial” y algunas de las jugadoras regresaron posteriormente al equipo para la Copa del Mundo del año siguiente.

Los profundos problemas del fútbol español, que generaron indignación en la nación ibérica y en todo el mundo después del beso de Rubiales, se diseccionan cuidadosamente en el documental “#SeAcabó”, con testimonios exhaustivos de algunas de las mejores jugadoras del país, incluidas Alexia Putellas, Aitana Bonmatí (ambas dos veces ganadoras del Balón de Oro Femenino), Irene Paredes y la propia Hermoso.

Se presta especial atención a cómo las jugadoras campeones del mundo formaron un frente unido en medio de las consecuencias del beso de Rubiales, negándose una vez más a representar a la selección nacional y pidiendo “cambios estructurales reales” dentro de la federación, lo que llevó a una crisis que obligó al gobierno a intervenir.

Los testimonios de las jugadoras en el documental, dijo Pardos, estuvieron impulsados por “la indignación, la rabia y también la alegría y el orgullo de lo que habían logrado”.

“El escándalo en la final fue la gota que colmó el vaso de indignación, que se venía llenando desde hacía años. Pero, por supuesto, la magnitud de los acontecimientos y el hecho de que ocurrieran en el momento del mayor éxito que puede tener una deportista, como ganar una Copa del Mundo, desató la furia de las jugadoras, agregó Pardos a CNN.

“El beso no fue un simple pico, como muchos decían; fue una demostración de superioridad de alguien que se cree amo y señor y quiere demostrar al mundo que tiene razón”.

El documental revela nuevos detalles sobre cómo se comportaron Rubiales y Vilda, quien fue despedido semanas después de ganar la Copa del Mundo.

Las jugadoras describen a Vilda como una presencia autoritaria, que controlaba lo que comían, con quién pasaban el tiempo e incluso entraba en sus habitaciones de hotel por la noche para conversar.

“Él entraba en nuestra habitación cuando estábamos acostadas”, cuenta en el documental la exguardameta de la selección nacional Sandra Paños. “Era una situación muy incómoda”.

Antes de eso, cuando se ve al equipo preparándose para la semifinal del Mundial contra Suecia, Rubiales da un discurso incómodo y aparentemente imprudente a las jugadoras, preguntando: “¿Quién tiene más ovarios, nosotras o ellas?” Sus palabras, añade Bonmatí en el documental, “entraron por un oído y salieron por el otro”.

También es destacable el video en el que se ve a las jugadoras bromear sobre el beso que Rubiales le dio a Hermoso durante sus celebraciones después de la final, pero la veterana defensora Paredes intervino y las instó a que pararan. “Esto es serio”, dice. “La besó porque se siente superior a ella”.

En cuanto a Hermoso, ella aparece de manera destacada en el documental a través de conversaciones con Paredes y Putellas, revelando cómo recibió abusos en las redes sociales luego del beso, sintió miedo al salir de la casa y quedó “petrificada” al ver la negativa de Rubiales a renunciar.

Su amiga íntima Putellas describe sucintamente el dilema que enfrentó Hermoso cuando fue besada por Rubiales, explicando: “Es difícil reaccionar en ese momento y decir ‘basta’, porque, primero, es tu jefe, y segundo, porque estás en un momento emocionalmente muy fuerte”.

Hacia el final del documental, escuchamos cómo la federación intentó “por todos los medios” proteger a Rubiales después del beso, según Paredes, controlando las declaraciones de los medios e instando a las jugadoras a salir en defensa del ahora desacreditado expresidente. Bonmatí explica cómo le dijeron que “redujera la tensión” y “actuara como si nada hubiera pasado” en entrevistas con canales de televisión.

CNN contactó a la RFEF y al representante legal de Rubiales para solicitar comentarios sobre el contenido del documental, pero no recibió respuesta.

Está previsto que Vilda comparezca en juicio en febrero junto con Rubiales, acusado de obligar a Hermoso a decir que el beso fue consensuado. Su abogado, Luis Jordana de Pozas, dijo a CNN que ni Vilda ni su entorno harán comentarios sobre los acontecimientos relacionados con la Copa del Mundo del año pasado, incluido el documental, hasta que concluya el juicio.

Pardos dijo que todas las entrevistas a las jugadoras filmadas para el documental fueron largas, alrededor de cuatro horas en total, y profundizaron en una de las historias más importantes que han afectado al fútbol femenino. Al final, es su disposición a hablar con franqueza sobre el tema lo que hace que sea un documental fascinante.

“Las jugadoras habían soportado años de silencio forzado”, dijo Pardos. “La idea de que hablar abiertamente o cuestionar podría afectar sus carreras deportivas estaba firmemente arraigada en sus mentes, y romper el mantra del miedo no fue fácil”.

Tras la grabación, Pardos dijo que podía sentir el “alivio de las jugadoras por haberse quitado de encima una pesada carga”. El cierre es un mensaje predominante en el documental de una hora y 35 minutos, que termina con Hermoso repitiendo, por última vez, una frase que se ha convertido en sinónimo del equipo ganador de la Copa del Mundo: “Se acabó”.

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