Tres semanas sin clases por contaminación en escuela Jesús M. Isaías Reyes

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Cuando comienzan a caer con más fuerza los rayos solares del mediodía, una enorme mancha grisácea de varios metros de extensión, genera nocivas emanaciones contaminantes que enturbian ambiente, propagan enjambres de moscas por doquier, y, en la escuela primaria Jesús M. Isaías Reyes ha provocado que sumen tres semanas que al menos mil alumnos, no hayan podido acudir a clases presenciales.
Las actividades en ese espacio escolar están reducidas a un esquema similar al de la pandemia, colapsado el drenaje del plantel, por las aguas negras y residuos cárnicos arrojados a la tubería, una amplia superficie de la escuela está cubierta de esa nata contaminante.
El olor desprendido al mediodía es de podrido.
La extensión de lodos residuales ahora resecos, cubrieron una extensión de varios metros en los patios escolares, al clasificarse por las autoridades escolares y padres de familia, como un alto riesgo a la salud de los menores de edad, decidieron enviarlos a sus casas, y delimitar el perímetro contaminado con líneas de seguridad amarillas.
A tres semanas de ese incidente, tres maestros del centro escolar tuvieron que ausentarse, enfermos por estar expuestos a esa agua residual contaminada.
La descripción documentada es que hace semanas, una alcantarilla del sistema de drenaje escolar colapsó y además de las aguas negras, arrojó residuos cárnicos que se extendieron por la mitad de la escuela.
La sospecha principal es que metros arriba de la escuela Jesús Isaías Reyes, ubicada en la calle Steinmetz de la colonia Progreso, en las inmediaciones de la avenida Salk, realiza operaciones un rastro clandestino, cuyos resiudos cárnicos arroja al sistema de drenaje.
No es la primera ocasión, en la que se presenta un incidente similar.
La escuela primaria, un complejo de 12 aulas, diseminadas en rectángulo, brindaba servicios educativos a una matrícula escolar de 520 alumnos en la mañana, y la misma cantidad en la tarde.
El caso documentado es más crítico, en los módulos sanitarios de las niñas y niños, donde el colapso del drenaje los hizo inutilizables, por constituirse como un altísimo riesgo sanitario.
Al recibir el reporte, el organismo operador Interapas respondió que por falta de personal, el caso de la primaria está en lista de espera, se le concederá prioridad a otros casos en la zona.
Los menores desde entonces, hace tres semanas, no han podido regresar a sus clases habituales.

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