Expansión.- Aún continúa la polémica en torno al plagio que Yasmín Esquivel Mossa presuntamente cometió en su trabajo de tesis presentada para titularse como doctora en “Derecho por la Universidad Anáhuac en convenio con Universidad Complutense de Madrid” –como indica la biografía de la ministra que se encuentra disponible en el portal de internet de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
“A todos los efectos eres doctor por la Complutense cuando has hecho la tesis en la universidad y se ha defendido en un tribunal de la Complutense. En el caso de la ministra Esquivel, la Complutense no tiene nada que ver”, asegura un portavoz de la universidad madrileña.
El diario español apuntó que, aunque la universidad Cumpletense se desmarcó del título de doctora en Derecho que la ministra ostenta, la vinculación de la ministra con la casa de estudios española sí está constatada.
Yasmín Esquivel reportó que inició con unos cursos de asignaturas impartidas por profesores de la Complutense en México, gracias a un acuerdo de cooperación con la Anáhuac.
Este miércoles, la ministra envío al diario español, a través de su secretario particular, documentos que demuestran que tomó y concluyó satisfactoriamente sus materias en la universidad española.
Además, por terminar dichos cursos, se le otorgó un diploma y la reconocieron como candidata a doctora. Sin embargo, la Complutense afirma que su relación con la ministra nunca pasó de ahí.
El diario español, que ha reportado el caso y que la semana pasada reveló que la ministra también habría plagiado 209 de las 456 páginas de su tesis de doctorado, apuntó además que el decano de Derecho de la universidad española, Ricardo Alonso, al hablar ante el Consejo de Gobierno, se pronunció sobre el caso de Yasmín Esquivel.
“Gracias a Dios no tenemos nada que ver con esa tesis doctoral (…) La ministra Esquivel hizo su tesis bajo su responsabilidad y bajo supervisión mexicana y ahí ni la facultad de Derecho ni la Universidad Complutense pintan nada”, agregó el decano, que explicó que durante 20 años la Facultad de Derecho de la Complutense efectivamente tuvo un acuerdo de colaboración con la Universidad de Anáhuac, “una universidad privada bastante potente”, pero que lo que hacían los profesores era solo impartir clase de los cursos de doctorado.
“En el convenio se dejaba muy claro que, culminados estos cursos, la tesis doctoral se podía preparar y defender en la Facultad de Derecho de la Complutense o en la de Anáhuac”, agregó Alonso.
El País precisa que “aprobar las materias impartidas por los profesores de la Complutense que habían viajado a México acreditaron a Yasmín Esquivel con una “suficiencia investigadora”, un requisito para iniciar la tesis doctoral.
En ese punto, la ahora ministra tuvo la opción de elegir dónde llevar a cabo su tesis y, aunque en 2001 Esquivel llegó a inscribir su proyecto ante la Complutense, casi con el mismo título que finalmente tendría años más tarde y la universidad española le validó el registro y le asignó un director, finalmente, de acuerdo con un portavoz del centro madrileño, “los trámites no pasaron de esa inscripción”.
Esquivel nunca inició la tesis en la Complutense, sino que se decantó por la Anáhuac donde la presentó en 2008, asesorada por un profesor de esa universidad. El trabajo fue leído y aprobado por siete sinodales, también de la escuela mexicana.
Apenas este 28 de febrero, Yasmín Esquivel obtuvo una suspensión definitiva otorgada por una jueza federal, la cual frena por tiempo indefinido que el Comité de Ética de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) pueda emitir una resolución sobre la investigación emprendida en torno al supuesto plagio que la ministra habría cometido en su tesis presentada, pero para titularse de licenciatura, determinación criticada por la casa de estudios: “El Comité Universitario de Ética ha desarrollado su trabajo respetando todos los derechos de los exalumnos involucrados y está por concluirlo”, indicó.
La ministra Yasmín Esquivel y las acusaciones que pesan en su contra por presunto plagio comenzaron en diciembre de 2022. Sin embargo, hasta ahora, la ministra y su defensa han sostenido que no se trata de un plagio sino de posibles omisiones en las citas de autores, o de errores en su redacción, que solo tienen el significado de deficiencias o descuidos, pero jamás una forma de plagio.
