
La llegada de estas marcas ha traído consigo un abanico de oportunidades para los grupos de distribuidores mexicanos, quienes obtienen concesiones para la venta de vehículos de parte de los fabricantes. La rentabilidad es un factor atractivo, con márgenes que pueden llegar al 15% por unidad vendida, como en el caso de BYD, según datos compartidos por distribuidores.
Eric Ramírez, director para América Latina de Urban Science, explica que los fabricantes chinos están buscando establecerse como una opción real de movilidad para los mexicanos, ofreciendo vehículos a precios competitivos con equipamientos comparables a los de marcas europeas o norteamericanas.
“Es un tema de precio. Por ejemplo, hay un determinado auto de 400,000 pesos, pero una marca china ofrece prácticamente lo mismo por 350,000. Si los consumidores examinan los detalles, es probable que se convenzan. Eso está pasando mucho con los SUV”, comenta Ramírez.
Vehículos chinos aceleran en el sureste
Según datos de la consultora Urban Science, de los 2,428 distribuidores en el país, 324 se dedican a ofertar vehículos chinos, con una concentración en la región sur sureste. Estados como Yucatán, Oaxaca, Quintana Roo y Tabasco destacan por tener una proporción de distribuidores de vehículos chinos por encima del promedio nacional.
En Yucatán, por ejemplo, 17% de los distribuidores se enfocan en estas marcas, con siete de los 41 distribuidores locales vendiendo exclusivamente autos chinos. Otros estados como Oaxaca con 16%, Quintana Roo y Tabasco con 14%, también quedan por encima del promedio, en línea con los datos de la consultora.
Este enfoque contrasta con las estrategias tradicionales de las marcas automotrices, que usualmente priorizaban la región norte o el Bajío, donde se concentra la mayoría de la actividad económica del país.