Por los delitos de homicidio calificado y homicidio en grado de tentativa, un elemento del Ejército Mexicano fue vinculado a proceso, en torno al caso de la golfista potosina asesinada el jueves por la noche en los límites de Zacatecas y Jalisco.
A través de fuentes reservadas, MILENIO tuvo acceso a una secuencia de hechos narrada ante el Ministerio Público Federal, donde se refiere que en el operativo participaron un vehículo de la Policía Ministerial de Jalisco, seguido de dos camionetas militares, y atrás cinco patrullas de diversas corporaciones municipales de la entidad.
Se narra que al ir circulando sobre la carretera federal 80, a unos ciento cincuenta metros de distancia, observaron a una camioneta blanca de reciente modelo que se incorporó a exceso de velocidad del libramiento de Ojuelos (Jalisco) a la carretera que conduce hacia la capital de San Luis Potosí, y el convoy le dio seguimiento a la camioneta (Cadillac) blanca por aproximadamente cinco kilómetros.
En los documentos se narra que el vehículo de la Policía Ministerial en varias ocasiones intentó cerrarle el paso a la camioneta blanca, sin embargo, ésta evadía rebasando a otros coches. Finalmente, la Ministerial logró atravesarse frente a la Cadillac para impedir su tránsito. Los agentes bajaron y se acercaron por el lado del copiloto, y mediante ademanes les pedían a los tripulantes que descendieran.
Simultáneamente se escuchan detonaciones de arma de fuego “al parecer arma corta” por parte de los elementos de la Ministerial. Como reacción, uno de los elementos militares accionó una “ametralladora mini” que estaba empotrada en la caja de una de las camionetas de la Sedena, impactando en la parte trasera a la camioneta Cadillac blanca.
No obstante, en la camioneta en que viajaba la golfista se apreciaban orificios de bala tanto en la parte trasera como delantera, y en el lado del copiloto. En la narración a la que MILENIO tuvo acceso, se precisa que siendo las 22:40 horas aproximadamente, un teniente le solicitó al soldado de infantería que entregara voluntariamente las armas a su cargo, y también entregó su uniforme militar para evitar su contaminación.
Acto seguido, se le informó al soldado que quedaba detenido por los delitos de homicidio en agravio de quien llevaba el nombre de “Lidia Elizabeth Villalba Jaime”, y tentativa de homicidio en agravio de cuatro civiles más quienes acompañaban a la occisa.