¿Por qué los jóvenes no quieren tener hijos? Preocupaciones según la OCDE

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Aristegui.-

La Tasa de Fertilidad Total (TFR) ha disminuido notablemente en las últimas seis décadas, informó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En 1960, el promedio de hijos por mujer en los países de la OCDE era de 3.3, mientras que en 2022 esta cifra se redujo a 1.5 hijos por mujer. Esta tasa, asegura que se encuentra por debajo del nivel de reemplazo poblacional, que es de 2.1 hijos por mujer.

La OCDE afirma que esta tendencia tendrá un impacto significativo en la estructura de las sociedades, comunidades y familias, así como en el crecimiento económico y la prosperidad futura.

En 2022, la edad promedio de las mujeres al dar a luz en los países de la OCDE fue de 30.9 años, un incremento considerable en comparación con los 28.6 años registrados en el año 2000. Este retraso en la maternidad, junto con el aumento de la infertilidad, es una de las causas principales de la disminución en la tasa de fertilidad.

En países como Italia y España, aproximadamente una de cada cuatro mujeres nacidas en 1975 no tuvo hijos, y en Japón esta cifra se eleva al 28%, señalan.

La OCDE destaca que los jóvenes enfrentan desafíos económicos y sociales que dificultan su transición a la paternidad.

La inseguridad económica, los altos costos de la vivienda y la falta de estabilidad laboral son factores que influyen negativamente en las decisiones de tener hijos. Además, las sucesivas crisis globales, como la pandemia de COVID-19 y la crisis del costo de vida, han incrementado las inseguridades entre los jóvenes.

Según la OCDE, estos factores, junto con una mayor aceptación social de la decisión de no tener hijos, contribuyen a la baja tasa de fertilidad.

La OCDE sostiene que la posibilidad de que las mujeres puedan combinar la vida laboral y familiar de manera equitativa con los hombres tiene un efecto positivo en las tasas de fertilidad.

Las políticas que promueven la igualdad de género, como el permiso parental remunerado y el acceso a servicios de cuidado infantil de calidad y asequibles, son cruciales. Estas medidas no solo mejoran las tasas de fertilidad, sino que también tienen un impacto positivo en los resultados económicos, asegura la OCDE.

¿Qué estrategias pueden implementar los países?

1. Promoción de la Igualdad de Género y Reducción de los Costos de la Vivienda: La OCDE recomienda que los países fomenten una distribución más justa del trabajo y la crianza de los hijos, proporcionando permisos parentales remunerados, servicios de cuidado infantil y apoyo financiero a las familias, con un enfoque particular en los costos de la vivienda.

2. Preparación para un Futuro con Menor Fertilidad: Los legisladores y creadores de políticas deben adaptarse a un futuro con tasas de fertilidad más bajas, considerando el envejecimiento de la población y el posible excedente de muertes sobre nacimientos en la próxima década.

Esto implica enfrentar presiones fiscales más fuertes debido al aumento de los gastos gubernamentales en pensiones y servicios para personas mayores, así como a una posible disminución de los ingresos públicos por la reducción de la población en edad laboral. Las políticas podrían incluir la promoción de la inmigración, el apoyo a vidas laborales más largas y la integración de grupos subrepresentados, como jóvenes y mujeres, en la fuerza laboral, además de medidas para aumentar su productividad.

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