Alejandro N. tiene las horas contadas frente a la justicia potosina

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Blakely Morales

Entre versiones que afirman que la defensa de Alejandro N. estaría buscando la reclasificación del delito imputado al ex funcionario del DIF, de violación agravada a estupro, para disminuir la pena de 25 años solicitada por la Fiscalía General del Estado, la etapa de oralidad del juicio en contra del ex titular de la Procuraduría de Defensa de las Personas Adultas Mayores (PDPAM), señalado de cometer violación contra un menor, ha ingresado en el terreno de los ultimátums. 

El tribunal de enjuiciamiento colegiado, encabezado por el juez Francisco Pablo Alvarado Silva, va contrarreloj y tiene las horas contadas para decidir de qué lado de la justicia se van a posicionar: del de la víctima de identidad reservada, o el del posible victimario.

La defensa dirige a sus testigos hacia dos posibles teorías del caso que al parecer planea usar en los alegatos finales. Una apunta a negar que Alejandro estuvo el día, hora y lugar indicados por el adolescente como el momento de la última de las agresiones en su contra; la segunda, iría a afirmar que el acto sexual no fue una violación, sino un acto consensuado entre el menor de 15 años y Alejandro N.

El miércoles se presentó en la audiencia la ex esposa de Alejandro, de iniciales MLM, con quien el ex funcionario estatal se casó un año antes de los hechos que hoy lo tienen frente a la justicia potosina.

En una comparecencia no apta para cardíacos, la joven mujer de prosapia, decidió comparecer frente al tribunal, pese a que su condición de ex cónyuge de Alejandro, la dejaba en una posición de parentesco, con la posibilidad de excusarse de declarar. 

MLM se mostró decidida en comparecer y reveló que tras la detención de Alejandro, el 23 de octubre del 2019, éste le pidió que entregara a su defensa como elemento probatorio, una serie de hojas impresas que ya tenía preparadas y listas en su camioneta, con las capturas de pantalla que él mismo sacó de su teléfono marca iPhone, de las conversaciones que sostuvo con B., en distintos momentos entre el 12 y el 17 de octubre, un día después de que el adolescente escapó del albergue Rafael Nieto, luego de que nadie le creyera su denuncia de violación.

En la conversación del 17 de octubre, el adolescente es quien se contacta con Alejandro, saludándolo:

-Ola ale como estas.

El imputado le responde que bien, pero que por favor le diga en dónde se encuentra, porque todo el mundo está muy preocupado.

Y el menor le contesta:

-Oye perdon pero solamente quiero aser mi vida, estoy bien.

Intercambian algunas frases, y el adolescente le declara:

-Los quiero a todos y a ti más, pero quiero ser independiente, ya no puedo seguir cargando este peso.

Luego intercambian algunas frases, y hacia el final de la charla, Alejandro insiste al adolescente por mantener el contacto mientras B se despide y le dice:

-No ya bye, tqm

-hijo, le refiere Alejandro, 

-tu lo sabes. Le recuerda El adolescente.

-Espera. Le insistía Alejandro.

-no bye, le reiteraba el menor.

-espera, una última vez Alejandro suplicó, y B. Concluyó

-no Ale, ya te metí en problemas.

De acuerdo al testimonio de MLM, ex esposa de Alejandro, era común que “a muchas de las personas a las que ayudaba les dijera hijos o a la mayoría”. Algunas de esas personas se dirigian a él como “papá”. Tal como lo hacía B., quien en otra parte de la conversación le dice “oye pa si vas a benir o no pa” .

MLM, ex esposa de Alejandro, dijo que desconocía desde cuándo y sobre qué platicaban Alejandro y el adolescente en ese chat, aunque previo a los días decisivos para la resolución del caso, precisó que el niño le pedía a Alejandro que lo llevará de viaje; él le decía que no podía porque no llevaba espacio disponible en la camioneta, pues iba viajar con su mamá.

Interrogada sobre por qué se separó de Alejandro, MLM no pudo responder pues la defensa objetó y alegó que ella “no vino aquí a hablar de su vida privada”.

A preguntas de la Fiscalía, la ex esposa de Alejandro, MLM, dijo que se había enterado vía “algunas notas” periodísticas publicadas el día de su detención, de la fecha en que ocurrieron  los hechos con apariencia de delitos sexuales de los que se le acusa.

La Fiscalía contra refutó que “eso nunca se publicó”.

La testigo tambaleó. La Fiscalía volvió a preguntar: “¿En qué medio lo vió?”.

Astrolabio, respondió ella. Aunque esos detalles, el día y el lugar donde sucedieron las posibles violaciones, no fueron difundidos sino hasta este 2022, en los reportajes de ese portal digital.

Inconsistencias

El día de ayer entre las seis personas que testificaron convocadas por la parte acusada en favor del imputado se detectaron varias contradicciones. A pesar de sus afirmaciones, los testigos no pudieron dar certeza de que Alejandro no se encontraba en el día, hora y lugar señalados por la víctima, en su oficina como director de la PDPAM, entonces ubicada en la calle Nicolás Fernando Torre.

El periodo vacacional del Poder Judicial que comienza este viernes, agrega un toque de adrenalina a las partes, y acaso sea por ese aumento de la presión arterial, que ya hay abiertas tensiones entre los abogados de la defensa de Alejandro y los de la Fiscalía, entre quienes había sobrevivido el buen trato y la cordialidad.

El miércoles la actitud fue distinta. 

La defensa comenzó el desfile de sus testigos con la comparecencia de un ex trabajador del Instituto para Ciegos y Débiles Visuales “Ezequiel Hernández Romo”, que de acuerdo al testimonio, fundó Alejandro hace 25 años.

Este testigo aseguró que se encontró con el acusado en las oficinas de esa asociación en la avenida Reforma 1160, pasadas las 8:30 de la noche, tras ponerse de acuerdo en una serie de conversaciones vía WhatsApp, sucedidas supuestamente entre las 7:40 y las 7:50 de la tarde, aunque de no hubo evidencia.

Quedaron en evidencia sí, dos contradicciones de tiempos y horarios; el testigo agregó detalles que no dio durante la entrevista recabada como prueba por un abogado defensor, en enero del 2020, tres meses después de que Alejandro fuera detenido; y llamó la atención la precisión con la que mencionó horas y nombres. Incluso los abogados de la Fiscalía, le preguntaron al testigo cómo iba vestido Alejandro a las 20:30 de la noche, e insistieron en preguntas de esa clase, ante las objeciones que fueron una constante.

Al menos dos de cada tres preguntas de la Fiscalía fueron objetados por la defensa.

De manera sardónica, La Fiscalía refirió ante una de las tantas objeciones, que la insistencia de sus interrogantes era “comprobar la memoria del testigo”, pues recordaba de manera sospechosa perfectamente la hora de los mensajes. La defensa pidió a los jueces del tribunal, hacer un llamado a la Fiscalía para dirigirse con respeto hacia la parte acusada y su testigo.

El juez no tuvo oportunidad de valorar la situación, pero la abogada de la Fiscalía, en un momento de mucha tensión en la sala 6 de juicios orales, comentó que a su consideración las preguntas no faltaban el respeto a nadie, no obstante y aún así, se disculpó. 

El testigo dijo que ese día por la mañana, habló con Alejandro para comentar un tema sobre los análisis médicos de un joven con debilidad visual que el ex funcionario gestionó ante el DIF; y en la que éste le dijo al testigo que por la tarde noche, asistiría a una misa en honor de un amigo.

Estuvieron los papás de ese amigo, quienes declararon que efectivamente vieron a Alejandro en la misa en honor de su hijo, que lo conocían desde niño porque iban a la misma primaria, pero solo pudieron dar testimonio de haberlo visto y saludado entre las 7:45 y las 7:55 de la noche, tras lo cual, no pudieron dar certeza de dónde se encontraba Alejandro a las 20:00 de la noche del lunes 14 de octubre del 2019.

La misma precisión se escuchó en otro de los testigos, un amigo de Alejandro que dijo conocerlo desde el 2014, por otros amigos en común, quien afirmó haber llamado y hablado con Alejandro entre las 7:57 y las 8:14 de la noche, y quien aseguró que parecía que se encontraba en la calle, manejando su vehículo, aunque tampoco pudo dar certeza de que hubiera sido así, y tampoco presentó captura de pantalla de las llamadas, ni alguna otra especie de registro documental. Ese amigo se despidió del acusado con un guiñándole el ojo izquierdo.

En la nota de color: mientras tanto, Alejandro habla de exorcismos. Es un tipo con carisma, que se ha sabido ganar la amistad de algunos elementos de la policía procesal, uno en particular con quien durante los recesos de las audiencias, conversa sobre esoterismo y cuestiones religiosas. 

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