Arca Continental y su (rentable) negocio de recolección de PET

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El embotellador de productos Coca-Cola ha buscado hacer que la economía circular sea el eje de su modelo de negocio.
Expansión.- Arca Continental, el segundo mayor embotellador de productos Coca-Cola Company en América Latina, ha logrado desarrollar un esquema de negocios sustentable, que incluso le permite avanzar en el levantamiento de capital, mientras garantiza el suministro de una de las materias primas más importantes en su operación: el PET.

En el centro de su estrategia está la planta de reciclaje PetStar, en Toluca, Estado de México. Este complejo, propiedad de Arca Continental y de otros embotelladores como Bepensa, Corporación del Fuerte, Grupo Rica, Grupo Embotellador Nayar y Embotelladora de Colima, recolecta al año 101,790 toneladas de PET, que se convierten en 3,502 millones de botellas recicladas.

Arca Continental tiene como meta, hacia 2030, usar 50% de material reciclado en los empaques de todos sus productos, desde el 27% actual. Para ese año, también proyecta que el 25% de sus bebidas se vendan en envases retornables, ya sea de PET o de vidrio, y recolectar el 100% de los envases que pone en circulación.

“Recolectar basura es un gran negocio”

El primer paso para alcanzar este objetivo se da en la recuperación de los envases de PET. Jaime Cámara, fundador de PetStar, comenta que el sistema de recolección incluye una red de más de 1,589 puntos de acopio, integrado por pequeños empresarios que compran los residuos a personas que habitan en sus comunidades.

“El principal reto es ofrecer certidumbre a la red y la única forma de hacerlo es que la persona que va a recuperar los envases sepa que tienen valor en el mercado”, dice en entrevista con Expansión.

Gabriel Camacho es uno de ellos. Él aprendió el oficio de la recolección de su padre y hoy tiene una empresa acopiadora en Toluca, que forma parte de la red que alimenta a PetStar. Su negocio, en el que también recolecta cartones, cascajo de electrónicos como computadoras, aluminio y papel, entrega cada semana a la planta recicladora media tonelada de PET para reciclar.

El empresario, que pertenece a la comunidad de recolectores de Tlachaloya, se encarga de recibir los residuos de su comunidad: el precio por kilo de PET lo paga en siete pesos y entre las personas que le venden están amas de casa, personas de la tercera edad y centros comerciales de la zona.

“Recolectar basura es un gran negocio porque somos un mundo consumista y la basura no se va a acabar”, dice Camacho, quien luce una playera que ilustra el proceso de reciclado del PET.

Una vez que Camacho junta la media tonelada de PET, que es el peso mínimo requerido para que PetStar envíe un camión recolector a su centro, el plástico sale hacia PetStar para iniciar su proceso de transformación en resina de PET reciclado.

El primer paso es la separación de los envases según sus características, ya que la planta solo puede transformar el transparente y el de color azul. El resto se vende a otras industrias, que lo usan para generar combustible o textiles.

PetStar

Una vez separadas, las botellas son compactadas en pacas para facilitar su traslado a otra área en donde se transformarán en hojuelas de PET, a partir de un proceso químico.

PetStar

Finalmente, las hojuelas son enviadas a otras plantas de Arca y de otras embotelladoras de la red de Industria Mexicana Coca-Cola, para continuar con el proceso de fabricación de los envases de los productos que embotellan.

PetStart

La producción anual ronda las 60,000 toneladas de resina reciclada de PET grado alimenticio, cifra que está por duplicarse con la próxima expansión de la planta.

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