Las patitas de almas libres de Villa Magna

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Por. Paty Calvillo

Miel era una perrita muy cariñosa, súper tranquila, le encantaba acompañar a la gente caminando, llegó desde cachorra a Villa Magna, tenía nueve años de edad, y aunque ya estaba grande, caminaba despacito pero te acompañaba siempre, no le hacía daño a nadie y la verdad que su muerte fue muy dolorosa, porque la encontramos con sus ojitos llenos de sangre, su cuerpo estaba muy lastimado, es muy injusta, cruel y vil, su muerte.
Tigrillo, era un perro tierno, tranquilo, tímido, se dejaba acariciar, si sentía que lo querías abrazar, corría, tenía miedo a ser capturado, cuando se esterilizó se le resguardó, a él le gustaba estar libre, no quería ser atrapado, era alma libre, jugaba con chiquitina con quien corría de un lado, para otro, era muy lindo, jamás le ladró o gruñía a nadie, tenía un carácter muy lindo, sólo era tímido con la gente, con los perros era súper sociable. Fue el que más sufrió con este perverso ataque, vomitó sangre, saliva y defecó en sí mismo.
Se trata de los caninos en situación de calle que murieron víctimas de deshumanizados vecinos que no quieren a los animales cerca de sus viviendas residenciales. Aunque no representan ningún tipo de riesgo para la salud e integridad, alguien sin entrañas, decidió echarles veneno para sacarlos del mapa. En esta ocasión, utilizaron un polvo más potente, pues ya no era el clásico para las ratas, sino de otro tipo.
La activista potosina Geral Zavala Rico, quien forma parte de la asociación Amigos de Corazón México, explica los crudos momentos en que encontraron sin vida a Miel y a Tigrillo, abandonados en los lotes baldíos de esta conocida zona de la capital, víctimas de deshumanizados seres humanos que prefirieron envenenarlos antes que ayudarlos a conseguir un buen hogar.
La situación ha escalado a mayores, porque en su afán por matar a los perros de la calle, asesinaron a otros domésticos que eran muy apreciados en la comunidad “pusieron veneno en la zona donde suele estar una manada, fue un suceso muy lamentable porque no sólo afectó a dos perritos de un grupo considerado de los más tranquilos y nobles de la zona, sino que también fallecieron dos perritos de personas con dueño que los sacaron a pasear y con el simple hecho de estar cerca y oler, porque no se acercaron ni comieron nada, a los diez minutos ya habían fallecido, estamos muy indignados, nos hemos quejado y nadie hace nada”.
En el estado de San Luis Potosí, se estima que más de 389 mil perros en situación de calle, principalmente se les ubica en zonas con mayor concentración población como Peñasco, La Mantequilla, Potrero del Hacha e inmediaciones de las delegaciones municipales. En Villa Magna suele haber muchos, porque bajan de las comunidades cercanas.
En el área en mención, durante los últimos años han envenado y hecho desaparecer a decenas de estos canes; por ahí del 2013 asesinaron a unos once cachorros de un solo jalón, seis años después mataron a otros seis, otro lapso después, intoxicaron a otros dos de las núcleos considerados como muy amigables. Además de arrebatarles cruelmente la vida, hay otros que los desaparecen, pero en esta ocasión los hechos fueron más aterradores porque están matando a los animalitos que catalogan como comunitarios, pero ahora asesinan a los que tienen un hogar con mucho amor y cuidados. Es decir, los domésticos.

Murió en mis brazos
Es el caso de Burbuja una perrita mestiza de color blanco y con manchitas negras que había sido rescatada de la calle hace tres años, tenía dueños y era muy apreciada por la comunidad, su dueña, Paulina, la describe “fue muy agradecida de que la hayamos rescatado un 10 de mayo de 2022, la encontré en Villa Magna muy flaquita con su hija, rescaté a la mamá y a la hija, la esterilizamos y a la hija la dimos en adopción, perra más noble no pudimos tener con nosotros, la más noble, cariñosa, juguetona, súper entendida, cero traviesa, siempre estaba que se quería subir a que le diéramos besos, de lo tan agradecida que estaba de haberla rescatado, tranquila, nada agresiva cuando la juntamos con los perros comunitarios”.
Explica el fatal momento de la muerte de su animalito “estamos en shock, muy enojados, conmocionados, no se vale que hayan puesto esa cantidad de veneno, porque fue muchísimo, para matar a no se cuánta cantidad de seres vivos, pusieron mucha carne cruda y la bañaron de veneno, es una cosa impresionante. La sacamos a pasear como a las 8:40 de la mañana y nos dimos cuenta de que Miel estaba tirada en una obra, y me acerque y vi que tenía espuma por la boca y con la mandíbula tiesa, se hizo popo encima, ya estaba muerta. Pasaron otros minutos, me gritó otra vecina que Tigrillo estaba en otra calle, él vomitó sangre, estaba peor”.
“Como buscamos auxiliar a los animales, no sabemos sí por las patitas, o por el olfato, pero estamos seguros que no comió nada porque la limpiamos como todos los días, pero comenzó a convulsionar y a sacar espuma por la boca, hasta entonces nos dimos cuenta que ahí estaba el veneno en la calle, no lo habíamos visto. Corrimos para tratar de auxiliar a Burbuja y la intenté hacer vomitar, porque lo primero que se nos ocurrió fue meterle la mano para que vomitara porque se me ocurrió que se lo había comido, pero ahora creemos que fue inhalado, fue un veneno que actuó en 10 minutos, en diez minutos me la mató, cuando la estábamos llevando al veterinario se nos murió en los brazos y ya no pudimos hacer nada”.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, nuestro país, es el tercero en América Latina en maltrato animal y el primero en perros callejeros con alrededor de 28 millones de canes abandonados.
La gran proporción de canes callejeros o considerados como perros de dueños irresponsables, según se indica en el Diagnóstico y Propuesta de Manejo de la Población Canina 2021 de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, llegan a la vía pública generalmente, debido a que sus propietarios ya no los quieren en sus casas porque dejan de considerarlos graciosos o tiernos, o porque no pueden asumir los gastos que implica el cuidado de éstos. Además de que se extravían y finalmente quedan en la vía pública a su suerte.
Vaquita, Gemelo y Güero, son parte de esos sacrificios sangrientos, los activistas de Villa Magna los extrañan, tampoco se supo quién los mató, sólo detectaron los cuerpos con la apariencia de haber sido envenenados, hay otros que ni siquiera volvieron a aparecer, temiendo que los lastiman de diversas formas, una y otra vez.

La muerte de estas patitas no quedará impune
Los rescatistas tienen idea de quienes son los responsables de practicar este envenenamiento masivo, porque han tenido que establecer estrategias de seguridad como colocar cámaras de video vigilancia, en este caso tienen detectado un vehículo donde dos personas tiran la carnada de la muerte.
Geral Zavala Rico sostiene “no es la primera vez que pasa, nos hemos cansado de quejarnos, nada cambia, se aplacan unos meses y al rato vuelven a hacer lo mismo. En ocasiones pasadas, no teníamos datos, pero en esta ocasión tenemos placas de un vehículo, ya hay un proceso de denuncia por parte de los dueños de Burbuja, pero estamos en espera de que las autoridades los identifiquen y esperamos hacer la denuncia formal en la Fiscalía General del Estado”.
La Ley de Protección a los Animales vigente en el estado de San Luis Potosí, prevé sanciones económicas por este delito que va de de entre 200 y 400 Unidades de Medida y Actualización (UMA), es decir, de 20 mil 748 pesos a 41 mil 496 pesos por cada muerte de animal, además de uno o dos años de prisión y otras sanciones.
Los vecinos piensan marchar a la brevedad y hacer visible estos casos que para todos son una desgracia “son muchos los perritos que están siendo envenenados, hace unos años nos envenenaron a una perrita que estaba embarazada, estamos pegados a San José o a Capulines y los animalitos de ahí, como no tienen alimento suben a Villa Magna, donde controlamos a esa población, para esterilizarlos y que socialicen, resguardamos a algunos para conseguirles familia. Pero no es justo que esto esté pasando esto, una y otra vez”.
Quieren hacer conciencia de que estos seres no son enemigos, pues aquellos que se identifican como problema, se les mantiene en resguardo “los que están ahí juegan, son muy miedosos, tienes que alejarte porque no se dejan agarrar por cualquier persona. En una manada tenemos una cachorrita que su mayor diversión es corretear a los carros, pero no hace daño con eso, hay vecinos poco tolerantes pero no les pasa absolutamente nada. Tenemos vecinos que avientan a sus perros grandes a las razas pequeñas, el pasado 26 de diciembre hubo un caso de poca civilidad, vecinos terminaron a golpes, son vecinos que no saben que pueden maltratar a estos seres pensando que son Dios. Estos animales inclusive impiden que se hagan robos en la zona y eso la gente no lo valora”.
La agrupación de activistas de siete años de antigüedad, ha conseguido colocar a los perros en hogares cálidos para evitar la sobrepoblación en las calles “para mí son seres de mi familia, comunitarios o no, la gente es poco empática con los seres vivos, esto es un acto que se tiene que visibilizar, pudo ser un niño que agarrara ese veneno, esto pudo pasar a consecuencias gravísimas, estamos pidiendo apoyo a las autoridades para que tengan consecuencias de sus actos”.

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