¿Los eclipses anticipan desgracias? Cuatro hechos que cimentaron esta creencia

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El Heraldo de México:

Nos gusta ver el cielo. No solo eso: nos gusta interpretar los fenómenos astronómicos y ofrecerles una equivalencia en la vida cotidiana, llámense esto mitos, leyendas o predicciones astrológicas.

Uno de los fenómenos astronómicos más llamativos son los eclipses. Desde hace miles de años, este tipo de eventos cósmicos han llenado la mente de la humanidad de explicaciones mágicas e incluso ominosas.

De hecho, en casi todas las culturas el eclipse es sinónimo de desastre. Para los navajo, el sol pierde parte de su poder, por lo que arrojan flechas encendidas hacia él, mientras que para los antiguos vikingos eran dos lobos los que lo cubrían.

La tradición y las leyendas se han interpuesto en la historia, creando eventos que parecen confirmar los temores de los más agoreros: muertes de reyessequías o sismos posteriores que no tienen una relación directa con los eclipses, han sido tomados como argumento en contra de estos hermosos fenómenos. Aquí hay cuatro ejemplos.

Crucifixión de Jesucristo

De acuerdo con los cuatro evangelios, una profunda oscuridad seguida de un sismo que rompió las cortinas del templo de Jerusalén siguió a la crucifixión de Cristo, como un símbolo del dolor de Dios por la muerte de su hijo.

Aunque muchos historiadores han intentado rastrear los eventos hasta una fecha exacta en el tiempo, la historia oral de la región parece confirmar que, en efecto, en el año 29 de nuestra era pudieron coincidir un sismo, una tormenta de arena y un eclipse lunar.

También otros apologistas bíblicos señalan que en el año 33, aunque en noviembre y no en abril que es cuando se conmemora la Pascua, sí ocurrió un importante eclipse solar que, como era habitual, impactó a la población.

Nacimiento de Mahoma y muerte de su hijo

El 24 de noviembre del año 569, nació Mahoma, considerado el profeta más importante de una de las confesiones religiosas más grandes en la actualidad, el Islam, cuyos seguidores se cuentan por millones en todo el mundo.

Se dice que minutos antes de su nacimiento hubo un importante eclipse solar, lo cual fue tomado posteriormente por sus seguidores como una señal acerca de su divinidad y la importancia de su ministerio.

Un eclipse también marcó la muerte de su hijo, Ibrahim. Sin embargo, este suceso le sirvió a Mahoma para explicarle a sus seguidores que Dios no emplea estos recursos celestiales por un humano en particular, por lo que aún en las sombras se le debe venerar.

Muerte de Carlomagno

Uno de los emperadores más importantes de la Edad Media fue, sin duda, Carlomagno. Fundador del Imperio Carolingio y uno de los más poderosos gobernantes de la época, su muerte significó el fin de toda una era.

De acuerdo con relatos de la época, tres años antes de la muerte del regente ya las estrellas se habían conjurado para mostrar una gran catástrofe. De hecho, hubo por lo menos un par de eclipses solares y bastantes lunares.

Cierto o no, se recuerda que en los días anteriores a la muerte de Carlomagno hubo eventos como incendios, perturbaciones solares y caída de rayos. Aún más, el día de la disolución del Imperio Carolingio, el 5 de mayo del 840, hubo un eclipse solar de más de cinco minutos.

Peste negra

Los eclipses han servido como pretexto para anunciar hecatombes y epidemias. Uno de los casos más dramáticos fue la llegada de la Peste Negra a Europa, epidemia que diezmó a la población del Viejo Continente durante el siglo 14.

Geoffrey de Meaux fue un religioso y científico que pronosticó que, en 1345, habría un eclipse solar que duraría más de tres horas, aunque posteriores intérpretes señalaron esta duración como metafórica. Lo que no fue metafórico fue la destrucción que De Meaux vio en el evento que predijo.

Dos años después, en 1347, la Peste Negra cobró la vida de cientos de miles de personas, coincidiendo con la tradición de que un eclipse casi siempre trae noticias funestas a la humanidad.

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