Cómo dejar de procrastinar

0
1220

Cómo dejar de procrastinar (aplazar, dejar para después, postergar, dilatar, retrasar,posponer, demorar).

Por Antonio Silva Jadra

“Te has estado criticando a ti mismo durante años y no ha funcionado. Intenta aprobarte a ti mismo y ver qué pasa “. ~ Louise L. Hay

Tenemos esta idea errónea de que la dilación es pereza, pero la procrastinación (aplazar, dejar para después, postergar, dilatar, retrasar, posponer, demorar) es un proceso activo. Eliges hacer otra cosa en lugar de la tarea que sabes que deberías estar haciendo. La pereza es indiferente. Es apatía, inactividad y falta de voluntad para actuar. Es un tipo de actitud de “yo podría, pero simplemente no quiero”. Pero cuando estás postergando, te sientes aún más estresado porque te preocupas por hacer la tarea. Simplemente estás evitando el estrés y teniendo dificultades con la motivación.

La procrastinación es un mecanismo de defensa para evitar el estrés. Es un proceso activo para evitar temporalmente las molestias.

Algunos ejemplos de procrastinación son:

●  Navegar por la redes sociales en lugar de comenzar con tareas importantes.

●  Posponer las asignaciones de trabajo hasta el último minuto.

●  Desear comenzar un nuevo hábito positivo (hacer dieta, hacer ejercicio o ahorrar dinero), pero retrasarlo repetidamente mientras te dices a ti mismo que “comenzarás pronto”.

●  Desea iniciar un negocio, pero pierdes el tiempo en “modo de investigación” o “planeación” en lugar de tomar medidas inmediatas.

●  Hacer una tarea fácil y menos importante que “debe hacerse” antes de comenzar.

●  Esperar hasta que estés “de humor” para realizar la tarea.

Por eso yo te quiero compartir estos 5 pasos para dejar de procrastinar: 1. ​Motívate con amabilidad en lugar de críticas.

Lo que realmente nos impide avanzar es el lenguaje que usamos cuando hablamos con nosotros mismos. Pensamientos como:

●  No quiero.

●  Es muy dificil.

●  No sé cómo hacerlo.

●  Puede que no salga tan bien como yo quiero.

●  Lo más seguro es que fracasaré.

●  Es muy aburrido.

Estos pensamientos nos impulsan a posponer las cosas. Este diálogo interno negativo tiene buenas intenciones. Está tratando de salvarnos de la incomodidad. Desafortunadamente, está logrando lo contrario porque aumenta el estrés al hacernos sentir mal. Si te hablas a ti mismo con amabilidad, como lo harías con un amigo, te sentirás mucho más motivado. Mejor intenta algo así:

●  Entiendo que será incómodo, pero terminarás pronto y podrás relajarte.

●  Una vez que empieces será más fácil.

●  ¡¡Tú puedes hacerlo!!

●  Si no te sale perfecto, al menos habrás practicado más.

●  Si fracasas habrás aprendido mucho. 2. ​Crea un interruptor de ese patrón.

Ese diálogo interno negativo simplemente se ha convertido en parte de un hábito de procrastinación. Porque en eso se convierte la procrastinación, un hábito, y los hábitos se componen de una señal, una rutina y una recompensa. La señal es pensar en una tarea que debe realizarse. La rutina es hablar ese diálogo interno negativo que conduce a la postergación. La recompensa es menos estrés. (No sin estrés, porque evitar la tarea todavía es algo estresante porque sabemos que eventualmente debe hacerse). Para romper el hábito y crear uno nuevo, se necesita introducir un interruptor de patrón.

Este me gusta mucho: Haz algo (por pequeño que sea) en materia de “lo que tienes que hacer”. Una cosa. La que sea.

3. ​Divide la tarea.

Uno de los grandes impulsores de la procrastinación es el agobio. El agobio ocurre cuando miramos un proyecto en su totalidad, ya sea sin saber por dónde empezar o sintiendo que todo el trabajo involucrado será demasiado. Si la siguiente tarea en cuestión es demasiado grande, o si no sabes por dónde empezar, tu primera tarea en realidad es 1) hacer una lista o 2) averiguar primero la cosa más pequeña que puedas hacer.

Ejemplo:

● Solo necesito poner ropa de gimnasia en mi auto, eso es todo.
● Solo necesito conducir hasta el gimnasio. Puedo dar la vuelta si quiero una vez que

llegue.
● Solo necesito entrar por la puerta. Siempre puedo irme. ● Solo necesito cambiarme en el vestuario. Puedo hacerlo.

4. ​Solo comprométete a cinco minutos.

Si nos comprometemos a solo cinco minutos, es probable que el 80 por ciento de nosotros continúe con la tarea. Cinco minutos no es nada. Puedes hacer cualquier cosa durante cinco minutos. Hay un 80 por ciento de posibilidades de que continúes trabajando una vez que dediques esos cinco minutos, pero incluso si no lo haces, todavía estás cinco minutos más cerca de tu objetivo, y has dado un paso más para romper el viejo hábito de no empezar.

5. ​Recompensarse para que la tarea sea más agradable.

Date un premio por cada logra, pero que no se contraponga con tu meta. Ejemplo: si bajaste un kilo, no te recompenses con una hamburguesa. Mejor cómprate algo de ropa, ve una película o haz un paseo. Igual Si tu meta es dedicar más tiempo al trabajo y menos al ocio, no te premies con un día de descanso. Dichos premios vendrán, pero sin duda cuando estés muy avanzado en la consecución de tu meta.

***

Durante el encierro y el estrés de la pandemia, escribí un libro en 2020 ​La Cuarentena del Cambio,​ que habla de 40 conceptos que a mí me ayudaron, no solo a no volverme loco, sino que me hicieron mejor persona. Está a la venta en ​Amazon.

Compartir en:

Leave a reply