¿Por qué nos miente el presidente?

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Por Roberto Mendoza

Decía Nicolás Maquiavelo: “La política es el arte de engañar”. No podría haber mejor ejemplo que el presidente, desde sus campañas se ha enredado en varias mentiras y verdades a medias que ha tenido la necesidad hoy día, de incorporar en su discurso la frase “se puede comprobar” como una primera defensa a sus propios dichos.

¿Por qué el presidente tiene que mentirnos? Porque se le está terminando el tiempo de gracia que tenía para culpar de todo a los gobiernos anteriores y a los supuestos neoliberales. Ya va siendo hora que asuma las consecuencias de sus actos de gobierno. 2020 sería el año más importante de su mandato, pero vivimos una enorme crisis, en esos 365 días no hubo una sola buena noticia, sino un caudal de desastres. Quien quiera defender al presidente dirá que ha sido igual en todo el mundo, pero no. Las decisiones de otros gobiernos han sido diferentes, incluso el propio presidente ya no presume una mentira que se diluyó, como muchas otras; los demás países no reconocen la estrategia que ha seguido este gobierno cómo exitosa, muchos, incluso, la han calificado de desastrosa.

El presidente miente, ya sea porque le pasan mal los datos, como cuando dijo que las vacunas se atrasarían porque la ONU había pedido a México que dejará que países más pobres se vacunaran primero o cuando dice que los médicos le recomiendan que no use cubrebocas pues él ya no puede contagiar de Covid. Miente porque necesita urgentemente tener un logro, como inaugurar un aeropuerto que existe desde 1952, cuando dice que por vacunar a los adultos mayores bajarán 80 por ciento las muertes, o cuando dijo que ya se había abatido el huachicoleo. Miente cuando tiene que continuar una narrativa, como decir que ya casi un grupo de empresarios van a comprar el avión presidencial o que su gobierno es feminista. Miente porque necesita dinero, miente porque no quiere caer en las encuestas, miente porque no ha abatido a la corrupción, ni a la violencia, miente cuando dice que ya se recuperó el empleo. Me pregunto si nos ha mentido siempre.

“Divide para reinar” recomienda también Maquiavelo, el italiano reconocería en el presidente a su mejor alumno. Mentir es malo, pero perder el poder sería peor, por eso el presidente seguirá haciendo todo lo posible para conservarlo, aunque trasgreda su ideario. Aunque así lo quisiera el presidente, su gobierno no tiene nada que ver con la verdad, ni con la fraternidad, ni con el amor al prójimo.

En el país se han definido ya, muchos candidatos y candidatas, hay que hablar de una que se distingue en el país. Se llama Claudia Anaya y es la candidata a la gubernatura de Zacatecas. Vale la pena pensar en quién es ella y porqué creerle en su discurso.

La conozco desde hace 15 años y siempre ha vivido su vida con un empuje diferente al de cualquier otra persona, todo el tiempo está concentrada en una cruzada para ayudar a los demás, no es una mujer ostentosa, vulgar, ni prepotente, es una mujer dedicada a servir. Independientemente de que la postula la Alianza Va por México, lo importante es precisamente ella es la candidata, estoy seguro que no hay una persona en el país, que piense más en cómo ayudar a su estado y cómo gobernar de la mejor manera, que Claudia Anaya. Si hay algo de inteligencia y congruencia en los zacatecanos votarán por ella y no por un candidato que ha perdido ya dos veces, que tendría a un co-gobernador en la presidencia del senado maniobrando para convertir a Zacatecas en la caja chica de una campaña presidencial.

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